El judo, esa disciplina milenaria procedente de Japón, tiene una amplia tradición en A Coruña y los mejores exponentes, sin duda, son sus judokas. Como el coruñés Rubén Vázquez, de 16 años, que hace apenas unos meses se proclamó campeón nacional de categoría cadete. Su progresión lo consolida en la selección española de judo, con la que debutó en Polonia el pasado mes de marzo.

-¿Cuándo empezó en el judo?

-A los seis años, en el Colegio Curros Enríquez. Cuando finalicé la Primaria pasé al Instituto Menéndez Pidal y, como allí no había clases de esta especialidad deportiva, entré en el Judo Club Shiai. A los doce años inicié las competiciones.

-Ahora se entrena en el Centro de Tecnificación Deportiva en Pontevedra. ¿Qué requisitos son necesarios para ingresar allí?

-Entré en él porque tuve buenos resultados deportivos y contaba, además, con un buen expediente académico. En el segundo año de infantil quedé tercero en el Campeonato de España, decidí hacer la solicitud y me admitieron.

-¿Le resulta complicado compaginar la preparación deportiva con los estudios?

-La verdad es que se lleva bien. Estos centros están pensados precisamente para hacer compatibles los estudios con el entrenamiento deportivo. De hecho, en nuestra jornada diaria tenemos varias horas de clase y de estudio obligatorio, además de las prácticas deportivas.

-¿Y cómo es un día en su vida en el Centro de Pontevedra?

-De lunes a viernes el horario es bastante riguroso y tanto en las clases como en los entrenamientos se mantiene un alto nivel de exigencia. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de deportistas de elite. Tenemos libre el fin de semana y el lunes empezamos de nuevo con la vida disciplinada.

-¿Tiene además limitaciones en cuanto a comida, bebida o salidas nocturnas?

-Sí, desde luego. Mientras estás en el Centro no puedes salir por las noches. Tenemos, además, un régimen de comidas, es decir, una dieta controlada. Lo difícil es cuando tienes que bajar peso para dar la báscula en el campeonato, ya que ahí si que hay que hacer bastantes sacrificios y someterse a una dieta hipocalórica. En mi caso, yo, que soy buen comedor, lo paso mal.

-¿Cómo lleva el estar separado de su familia tantos días? ¿Suele volver la ciudad los fines de semana?

-Sí, vengo todos los viernes. No salgo mucho porque me gusta estar en casa con mis padres. Al principio, uno se va de casa contento pensando que va a tener más libertad, pero cuando va pasando el tiempo la verdad es que se echa de menos a la familia.

-Pese a la disciplina que exige ser un deportista de elite y no tener mucho tiempo libre, ¿conserva sus amistades y puede seguir llevando una vida normal?

-Sí, sigo teniendo mis amigos de aquí, aunque es verdad que el pasar tanto tiempo lejos hace que vayas perdiendo un poco el contacto.

-¿Cuál es su futuro inmediato? ¿Seguirá en Pontevedra?

-De momento, permaneceré durante dos años más en el Centro. Después, hay varias opciones. Es posible que tenga que marcharme a otros lugares de España.

-¿Hasta dónde se puede llegar practicando judo?

-Se puede alcanzar la máxima categoría en judo, pero eso es muy difícil.

-¿Y a qué aspira Rubén Vázquez?

-Pues si puedo, hasta esa categoría quiero llegar.

-¿Qué le hace falta para conseguir eso?

-Mucho entrenamiento, desde luego, aunque también es indispensable tener ciertas cualidades. Y para llegar a la cima harían falta todavía unos diez años.