Nunca había marcado cinco goles en casa del máximo rival ciudadano, pero el Barcelona es el coleccionista de récords y, anoche, finiquitó el derbi que, a priori, se presentaba como el más igualado de los últimos años, con otra manita made in Barça, y pudo caer alguno más.

Un contragolpe lanzado por un incombustible Messi y finalizado por Pedro y un doble remate de Xavi, acabaron en gol. A la media hora, el Barça ya ganaba 0-2 y había congelado el estadio de Cornellà, un escenario que no puede ser más beligerante con el enemigo culé.

El Barça fue aun más reconocible tras la reanudación. Empezó a lucir su fútbol de combinación y toque para encerrar al Espanyol en su propia área. Iniesta puso a prueba a Kameni y Pedro falló un par de ocasiones de gol antes y después de aprovechar un rechace del meta camerunés a tiro de Messi para hacer el 0-3.

Entonces apareció Osvaldo para culminar un rapidísimo contragolpe, jalear a la grada y sembrar algo de incertidumbre en el marcador con casi media hora aún por jugarse. Sin embargo, este Barcelona no deja ni tiempo ni espacio para la duda. Dos zarpazos más de Villa, culminaron una manita histórica. Y pudo llegar alguno más.