Las lágrimas y los abrazos de consuelo duraron poco. Las leonas españolas cayeron en la final pero con un honor y una dignidad que resaltaron su valentía y escondieron las carencias con que prepararon el Campeonato de Europa disputado la pasada semana en A Coruña. Con la plata en su poder tras perder contra Inglaterra, las chicas se dieron otros abrazos más festivos y la tristeza pasajera se convirtió en inmediata satisfacción. De entre los gestos espontáneos que se sucedieron tuvo especial significado la carrera que un grupo de jugadoras hizo hasta el graderío del campo universitario de Elviña para agarrar una sábana pintada con un lema reivindicativo nada escueto que mostraron al público: escrita aparecía la diferencia de entrenamientos con que la selección española femenina y la masculina afrontan una competición -19 ellas, 60 ellos-; se leía un hartazgo: basta ya; un interrogante: ¿por qué?; y una reclamación: dinero para tod@s. Todo ello dirigido a la Federación Española de Rugby.

Ese gesto recoge una desilusión que los técnicos y las jugadoras españolas ya han asumido con cierta resignación, pero que no por ello ocultan. Para empezar, España tuvo menos entrenamientos que varias de las selecciones que participaron en el Europeo y desde comienzos de este año solo se han concentrado tres veces, una de ellas sin llegar ni siquiera a disputar un encuentro amistoso. "Siempre ha sido así. Incluso a las chicas nos han llegado a hospedar en campings y a los chicos en hoteles", recuerda Paula Medín, internacional española que juega en el CRAT Universidade da Coruña.

"Luego, las diferencias que tenemos con jugadoras de Inglaterra, Italia y Francia, que están en el Seis Naciones, se notan en el campo en detalles como del juego o la estrategia. Notamos que estos rivales compiten mejor que tú, juegan con más intensidad y escogen decisiones importantes con más rapidez", explica la jugadora del club herculino y de la selección.

"Cuando no hay interés desde dentro todo se deja en manos de la voluntad de un grupo de jugadoras que se sacrifican cada día por su equipo", resumía y al mismo tiempo destacaba la seleccionadora, Inés Etxegibel, el sábado tras la final. "Se nos hace menos caso, no tenemos ni promoción ni publicidad", añade su jugadora Paula Medín, también consciente de que la situación no tiene aspecto de cambiar: "Nosotras luchamos a nuestra manera. Tenemos presente lo que ocurre, tratamos de no pensar en ello cuando jugamos y miramos para delante, como nos dice Inés. Vale, muchos de los chicos internacionales son profesionales y nosotras no lo somos y tenemos muchos problemas, por nuestros trabajos, para entrenar o viajar".

Esos límites con que España se encuentra han subrayado los méritos mostrados por el equipo de Inés Etxegibel en muchas de las competiciones que ha disputado, como este último Europeo. "La falta de calidad a la hora de entrenar la hemos combatido con nuestro esfuerzo en cada sesión y con mucha motivación en el campo al jugar. Ante Inglaterra lo dimos todo, perdimos al final por mala suerte, aunque hay que admitir que ellas demostraron ser superiores", comenta Paula.

Ante la adversidad, la unión es un remedio. Y la selección presume de ser un grupo muy unido. De ello dio muestras constantes el sábado y durante todo el Europeo, con las charlas de la entrenadora tras el partido, bailes en las pistas del estadio y un larguísimo tercer tiempo.