Juntos formaron la pareja de mediocentros del Ontinyent en la temporada 1998-99, la última de José Luis Oltra como futbolista. Él era el pivote más creativo, el canalizador del juego, y a su lado David Porras hacía de escudero cumpliendo una función más posicional. Desde el primer día conectaron en el campo, aunque "quizá la mayor sintonía estaba fuera", recuerda el actual entrenador del Alcoyano. Pronto forjaron una "buena amistad" que aún perdura. El sábado se reencontrarán en El Collao, a escasos 30 kilómetros de otro estadio también modesto, El Clariano, donde codo con codo defendieron la camiseta del Ontinyent. "Tengo muchas ganas de saludarlo y poder darle un abrazo -confiesa Porras-. Es un amigo, claro que sí, y una grandísima persona. Si necesitas cualquier cosa sabes que lo tienes ahí para lo que haga falta. Ya ha tenido la oportunidad de entrenar en Primera, pero sigue siendo como siempre, cercano y campechano. Como persona deja huella".

De aquella campaña 1998-99, en la que compitieron en Tercera División, Porras recuerda a Oltra como "un zurdo de muchísima calidad". Por eso "era muy fácil jugar con él". "Entendía muy bien el juego y era solidario en los esfuerzos con todos sus compañeros. Nos aportó muchísima experiencia, serenidad y templanza, porque era ya un jugador veterano y los jóvenes que estábamos con él lo agradecíamos. Conectamos bien, pero quizá la mayor sintonía estaba fuera del terreno de juego, porque él entonces ya empezaba a pensar como entrenador y le gustaba analizar los partidos. Vivía muchísimo el fútbol, con muchísima pasión. Nos aportó mucho porque a los demás nos supo transmitir esa ilusión por el fútbol", relata el actual preparador del Alcoyano. Era el último año de Oltra como futbolista y por aquel entonces ya no tenía ninguna duda de cuál sería su futuro tras colgar las botas. "Tenía muy claro que quería ser entrenador", recuerda Porras sobre su amigo.

Nada le gustaría más que ganarle al Dépor el sábado. "Es un partido muy importante para nosotros y para nuestra afición", razona el técnico. Una vez finalizado el encuentro, le desea a su colega "toda la suerte del mundo, porque se la merece". Para él Oltra es "un referente", sobre todo por cómo se ha labrado su carrera como técnico, comenzando muy joven y avanzando pasito a pasito hasta llegar a la elite: "Tiene mucha más experiencia que yo y por eso te fijas en entrenadores como él. Aún es joven pero lleva muchísimo camino recorrido tanto en Primera como en Segunda. Las personas que son cercanas, y que además conoces, siempre las tomas como referentes y tratas de aprender de ellas".

Nacido en Alcoy hace 37 años, Porras inició y terminó su carrera como futbolista en el equipo de su localidad. Es, por tanto, un hombre de club que la pasada campaña pasó de ser el tercer entrenador a asumir las riendas del Alcoyano tras la destitución de Paco López. Su éxito fue rotundo. En unos meses logró devolver al equipo a Segunda 42 años después de su última participación en la categoría de plata, tras noquear al Lugo en la eliminatoria definitiva por el ascenso: "Entre todos conseguimos algo muy bonito y muy grande, y ahora queremos seguir trabajando con la misma ilusión para mantenernos en Segunda y seguir creciendo".