La trayectoria, y también los métodos, de Sergio Scariolo (Brescia, 1961) están marcados por la innovación. Con sólo 29 años, hizo campeón al Scavolini de Pesaro de la Lega. En 1997, llegó a España, donde ha entrenado a Baskonia, Real Madrid y Unicaja, clubes a los logró situar de nuevo en la cima gracias a un trabajo de precisión milimétrica. El mismo que le ha servido para ser bicampeón europeo con la selección el pasado 18 de septiembre, un mérito que el ubica en su dimensión justa.

-¿La sensación de triunfo es más reconfortante ahora que hace tres semanas?

-La verdad es que, cuando ganas, se vive con una gran alegría, con ganas de compartirla con la gente que ha trabajado contigo día a día. Cuando pasa un tiempo, esa victoria se vivencia de forma más individual y queda la sensación de haber dado un paso adelante en tu carrera, de sentirte más seguro y más fuerte.

-Se lo preguntaba por si ha tenido la sensación de que el oro le sirvió para acallar algunas críticas que surgieron en el Mundial de Turquía y durante algunas fases de este Eurobasket…

-Los únicos interlocutores válidos para mí son la Federación y los jugadores. Por parte de ellos, he tenido un respaldo y una sintonía total. Es lo único que me interesa a mí. No trabajo para tener un reconocimiento individual. Ya he demostrado de manera suficiente que no presto la más mínima atención a lo que sucede alrededor. Lo único que me preocupa es lo que pase dentro del equipo. Y ahí, ganando o perdiendo, hemos tenido una cohesión y una confianza indiscutida.

-Dados los años que lleva junto el bloque, ¿cuidar los aspectos anímicos es más importante que los tácticos?

-Ambas son cosas imprescindibles. Este grupo lo forman jugadores muy refinados a nivel de cultura de baloncesto, con un tremendo conocimiento del juego. La propuesta del entrenador debe de ser de alto nivel, porque si no fuera así, no convencería a los jugadores. Pero no existe una gestión de cualquier grupo que no se base en un enfoque psicológico. Son cosas complementarias. Desde que empezamos a entrenar a la selección, hemos percibido una sintonía total. Eso nos ha ayudado a saber ganar cuando ha tocado ganar y a saber perder cuando ha tocado perder.

-Campeones del mundo, subcampeones olímpicos y dos oros europeos en cinco años. ¿Qué cualidades específicas se están dando en España para que la selección obtenga estos resultados y no en otros países de nuestro entorno, como Francia o Italia?

-No hay una razón única. La difusión del baloncesto a nivel infantil y juvenil es clave, sobre todo por la labor de la Federación. Además, el jugador español es un hombre ambicioso, competitivo. Cuando llegue hace 14 años a España, la calidad era alta, pero lo que ha crecido desde entonces muchísimo es la competitividad, sobre todo desde categorías inferiores.

-Ese cambio de mentalidad se ha percibido también en otros deportes. ¿A qué puede ser debido?

-Creo que fue muy importante que la generación del 80, la de Pau, Navarro, Reyes…, se criase ganando y con la conciencia de que, haciéndolo bien, los resultados llegan. Luego, todo eso está generando un factor de emulación. Es decir, los nuevos chicos ven lo que hacen los mayores. Están aprendiendo de forma casi automática y quieren alcanzar lo mismo que ellos. Por eso decía que los jugadores españoles son cada vez más ambiciosos y competitivos.

-¿Cómo ve la nueva temporada de la Liga ACB?

-La crisis económica ha obligado a dar pasos atrás a algunos clubes, pero creo que la ACB mantiene una competitividad muy alta. El Barcelona sigue siendo la referencia, y por debajo estarían Caja Laboral y Real Madrid, aunque a un nivel muy parecido. Además, hay otros equipos que van a enriquecer la Liga, como Bilbao y Valencia, que son dos realidades consolidadas.

-¿Y qué me dice de Unicaja?

-Me ha gustado lo que he visto en pretemporada. Me parece que volverá a los puestos de arriba. Está trabajando muy bien. Tiene una identidad bastante consolidada, un equipo atlético, defensivamente muy bien construido. Además, ha demostrado agresividad y va a contar con un banquillo amplio. No tiene una grandísima estrella, pero sí un número alto de muy buenos jugadores.

-Por cierto, ¿le preocupa el más que probable cierre de la NBA? ¿Cree que si los hermanos Gasol regresasen a Europa eso mermaría su desarrollo de cara a los Juegos?

-Esa consideración no creo que debamos tenerla en cuenta. Por ahora, sólo ha pasado con Rudy Fernández. Y creo que le va a venir muy bien jugar la ACB y la Euroliga.

-¿Cuál debe ser el objetivo en los Juegos Olímpicos de Londres?

-Lo primero, esperar que todos los jugadores lleguen en buenas condiciones. El tiempo que hay desde que acaba la Liga hasta que empiecen los Juegos es bastante corto. Ojalá que tenga problemas de nuevo para formar equipo, porque eso significará que todos lo está haciendo bien y tengo que descartar a alguien. A nivel de resultados, si el equipo está bien, sería fantástico ganar otra medalla. Ese debe ser el objetivo. Pero para eso será necesario competir muy bien.