En Japón, uno de sus países favoritos, Fernando Alonso firmó una de sus mejores carreras del año. El título de Vettel tapó su segundo puesto, una puerta a la esperanza para optar a la victoria en las cuatro carreras que le quedan a un campeonato ya resuelto. Nada más terminar, contento porque no esperaba llegar tan arriba en Suzuka, el asturiano no dio tiempo a que Vettel saliese de su coche. Se agachó y reconoció los méritos del alemán con un par de palmadas a su casco. "Han sido los mejores. Hicieron el mejor coche y Sebastian apenas ha tenido fallos". Desde hace semanas, el ovetense repite el argumento cuando le preguntan por el hombre que le ha quitado el último record de precocidad que conservaba, el de bicampeón más joven en lograrlo. Se lo dijo en persona cuando Vettel aún estaba en la nube y lo pregonó después por televisión. "Antes de nada, quiero dar la enhorabuena al campeón".

Alonso encaja estoico la derrota y rumia el retorno para 2012. En dos años se ha convertido en el guía de Ferrari y es el primero que asume los errores colectivos que dejaron a la Scuderia fuera de juego demasiado pronto. Dicen desde los despachos de Maranello que el próximo coche será revoluconario, que por fin van a arriesgar con el diseño. Ya no es Alonso el más joven de la Fórmula 1 en acumular dos títulos y ayer, todavía con el mono puesto y en la sala de prensa, lanzó un reto cuando le preguntaron si le dolía perder la marca. "Ahora quiero ser el tricampeón más joven". Fue una frase refleja, defensiva, y que no podrá cumplir, porque, por ejemplo, Senna consiguió el tercero a los veintiocho y el asturiano ya tiene treinta.

Pero la declaración sirve para definir su espíritu guerrero, el fuerte rechazo que le produce la derrota y las ganas de revancha que acumulará desde hoy mismo hasta que el campeonato se lance de nuevo el próximo marzo.

Para los cuatro fines de semana de carreras pendientes (Corea, India, Abu Dabi y Brasil) el renacido F150 Italia le vuelve optimista. Quiere el subcampeonato pero prefiere las victorias al puesto que nadie recordará. "Prefiero acabar quinto y ganar una carrera a ser segundo al final sin victorias", dijo.