La velada en el Palacio de Deportes de Riazor aún está muy presente en la memoria de Valery Yanchy. El púgil de Chano Planas tenía la oportunidad de alzarse con el Europeo de peso mosca, pero un combate declarado nulo por los jueces y las malas formas del mánager de su contrincante, el rumano Silvio Olteanu, empañaron una noche épica para el boxeo coruñés. "Fue una pelea rara. Todo estaba previsto, pero salió de otra manera y por desgracia así es el deporte. Tienes planeada una cosa y al final... Aun así, yo quedé contento con el resultado", afirma el boxeador bielorruso, afincado desde hace varios años en A Coruña.

Con la grabación de la pelea en la mano, Valery afirma que decidirá Chano, una vez que realice el visionado, el emprender o no una demanda contra la esquina contraria o acudir a la EBU (Federación Europea de Boxeo). "Vamos a ver el vídeo primero, eso es algo que depende de Chano. En función del visionado decidirá si lo manda a la EBU o demanda al equipo contrario", dice Valery. Una posible solución, ya que el título europeo de peso mosca está vacante, sería organizar una nueva velada, pero el púgil se teme que, de repetirse el combate, éste fuese en Madrid, lo que haría "muy complicado" competir, ya que sería en el feudo de Olteanu, y el coruñés cree que, seguramente, "no podría ganar".

Atocha, triste protagonista

Durante la celebración del Europeo cobró especial protagonismo Ricardo Sánchez Atocha, mánager de Olteanu, que para Valery tuvo una conducta poco ortodoxa, ya que se encaró con el público, el árbitro -al considerar que su púgil era claro vencedor de la pelea- y alguno de los espectadores. "El comportamiento de su entrenador fue increíble y la verdad no lo entiendo. Ya vi el combate dos veces y hasta el séptimo asalto lo tenía ganado", afirma el boxeador, apodado TNT, que cree que toda la controversia surge debido a un impacto que le propinó Olteanu durante un momento de la lucha. "Hubo un choque y me da un golpe, pero eso tampoco es gran cosa, con un golpe no se gana una pelea", zanja el pupilo de Planas.

Reconoce, sin embargo, que pudo tener peso en el resultado del combate el nombre del mánager de Olteanu, Sánchez Atocha, toda una institución en el boxeo nacional. "Por desgracia el entrenador es de Madrid, eso influye mucho y se notó. Lo que pasó fue feo, en la vida había pasado algo así en A Coruña, donde para mí se hace el arbitraje más correcto de España, porque por ahí adelante todo el mundo tira para casa y aquí no", comenta Valery, que tampoco vio un buen comportamiento por parte de su rival en el cuadrilátero, pero explica que "el boxeo rumano es muy bruto y de poco respeto a los rivales. De un cabezazo me abrió la ceja", describe el boxeador coruñés. De no ser por ese golpe, Valery cree que la pelea estaría ganada "al cien por cien". Sin embargo, asegura que todo "está grabado en vídeo".

Al margen de todos los sinsabores, el púgil afirma que se queda con el comportamiento "muy correcto" del numeroso público que acudió al Palacio -alrededor de 2.000 personas- y reconoce que notó su aliento en el ring. "Nunca vi tanta gente en una velada. Es verdad que cuando peleas estás concentrado en el combate, pero oía todo el apoyo del público, y fue increíble", indica TNT.

Entre los muchos espectadores que acudieron bien entrada la madrugada del viernes al Palacio herculino estaban compañeros del bielorruso y amigos, y lamenta no haberles podido "dar más alegrías". No obstante, está satisfecho con la imagen que dio sobre la lona y añade que muchas personas lo felicitaron por el combate. Valery espera ahora poder saldar la deuda con su público coruñés y la próxima vez que salga en hombros del cuadrilátero hacerlo con el cinturón de campeón de Europa.