El segundo paro en la historia de la NBA ya es una realidad y el comisionado David Stern admitió que se ha producido porque el actual sistema económico que existe dentro de su organización es insostenible y requiere un cambio radical.

Tras el anuncio de la cancelación las dos primeras semanas de la competición, que debía comenzar el próximo 1 de noviembre, Stern reiteró ante los periodistas que las pretensiones de los dueños de los equipos y los jugadores en lo que se refiere al reparto del dinero son opuestas.

Stern admitió que no se trata de diferencias en algunos puntos fundamentales del nuevo convenio colectivo, sino en todos, sin excepción.

Los dueños, que en la última reunión ya no ofrecieron el 50 por ciento del reparto de los ingresos obtenidos por el baloncesto como habían hecho la semana anterior, sino que bajaron de nuevo su oferta al 47 por ciento, insisten en que hay 22 equipos que perdieron muchos millones de dólares, pero los jugadores no quieren perder su poder salarial.

Stern resaltó que los jugadores de la NBA son, desde hace muchos años, los que más dinero ganan entre los deportistas profesionales de Estados Unidos.

Desde la década de los noventa, expertos económicos ya habían advertido del peligro que corría la NBA al dar contratos multimillonarios a largo plazo, de tal forma que las franquicias quedaban hipotecadas.

Más aún con la firma del antiguo convenio colectivo, en el que los dueños aceptaron darle a los jugadores el 57 por ciento del reparto de los ingresos, un tope salarial blando, contratos garantizados y de larga duración.

Los jugadores de la NBA consiguieron un poder económico que no tenían el resto de los deportistas profesionales en Estados Unidos y ahora no quieren perderlo, aunque 22 de los 30 equipos de la NBA están en números rojos.

El vicecomisionado de la NBA, Adam Silver, fue todavía más directo que Stern. "No tiene sentido para nosotros seguir operando bajo el actual modelo financiero, en el que los equipos con mayor poder económico tienen una gran ventaja sobre el resto", aseguró.

Stern rechazó la acusación del sindicato de jugadores de que el cierre patronal tenía como objetivo no tener que pagarles los primeros cheques para forzarlos a una negociación más favorable a los intereses de los dueños.

Además, fue tajante cuando dijo que no habrá acuerdo hasta que el nuevo convenio colectivo no garantice que los 30 equipos de la NBA van a competir en igualdad de condiciones y no sufrir perdidas económicas.

"Estamos convencidos de que hicimos propuestas honradas y muy favorables para ambas partes", declaró Stern. "Pero en la mesa de negociaciones, aunque todos hablamos del sistema y reconocimos que no funciona, las diferencias entre ambas partes fueron insalvables", subrayó.