El hockey sobre patines es un deporte casi autóctono de A Coruña. Vivió sus años dorados en los 80 y en los 90, sobre todo en la época en la que el Liceo y el Dominicos luchaban por todos los títulos, pero con el paso del tiempo ha ido perdiendo fuerza, con el auge del Deportivo y la pérdida de cantera como principales culpables. Para evitar esta desbandada en las categorías inferiores de los clubes herculinos surgió el año pasado la Escuela Municipal, que inicia su segundo curso con el objetivo de formar a niños de 4 a 9 años, los jugadores del mañana.

"Antes todos los niños de Dominicos querían ser como los hermanos Avecilla y todos los del Liceo, como Martinazzo. Y coincidía eso con que el Dépor no era un equipo puntero de Primera División como llegó a ser después, cuando el nivel del hockey bajó un poco, subió el del Deportivo, y los niños ya no querían ser Avecillas y Martinazzos, sino Bebetos y Mauros Silva", analiza Héctor Piñeiro, uno de los monitores de la escuela. "Éste es uno de los motivos por los que empezamos. Hay que hacer cantera. El problema está abajo, no arriba. Por arriba, seguimos siendo la segunda comunidad tras Cataluña".

En 2010 nació la Asociación de Clubes Coruñeses de Hockey Sobre Patines, que preside José Luis Otero, y uno de sus principales proyectos era crear una Escuela Municipal porque eran conscientes de que en la ciudad los niños sólo podían practicar hockey en aquellos centros o colegios con instalaciones propias. La escuela arrancó en enero de 2011, con 14 niños, y meses más tarde llegó a los 23, de los cuales cinco ya pasaron al Borbolla para iniciarse en la competición. Esta temporada, en su segundo año de vida, ya hay un grupo de cerca de 30 chavales de entre 4 y 9 años que entrenan a las órdenes de Héctor Piñeiro y Jorge González los martes, jueves, viernes y sábados en la Polideportiva I de Riazor. Y el plazo de inscripción sigue abierto. "Nuestro único límite es la capacidad de la pista", puntualiza Piñeiro.

El entrenador, ligado también a Compañía de María, entiende las dificultades de los niños para iniciarse en este deporte. "Es complicado porque usas elementos que no pertenecen a tu cuerpo, es decir, llevas puestos unos patines en los pies, tienes que llevar un stick en la mano y a la vez manejar una bola. Lo difícil es conseguir que los niños lleguen a tener la coordinación para manejar todos estos elementos para poder empezar a enseñar algo de hockey", explica.

Precisamente, son estas dificultades lo que hacen recomendable este deporte en la formación tanto humana como física de los niños: "El hockey, a nivel de desarrollo físico del niño, es un deporte muy completo. Trabajas equilibrio, coordinación, psicomotricidad... El nivel de coordinación que alcanzas es muy alto. Pero también tiene otras ventajas, como a la hora de hacer grupo. Como casi todos los deportes minoritarios, todo el mundo que hace este deporte se conoce. Además, todos los miembros del equipo son importantes. Junto al balonmano, es el deporte en el que más importa el portero".