Tres partidos en los próximos ocho días -mañana en Córdoba, el jueves en Cartagena y el domingo siguiente en Riazor ante el Girona- marcarán el futuro inmediato del Deportivo, que pretende espantar las dudas de su gris inicio de Liga enlazando una buena serie de resultados con los que engancharse a la zona noble de la clasificación. El técnico, José Luis Oltra, no mira más allá de la visita al Nuevo Arcángel -"el partido más importante siempre es el más inmediato"- aunque reconoce que "es el momento de cambiar cosas y mejorar el rendimiento fuera de nuestro campo". Mañana, ante el Córdoba, alineará a "los once mejores", entre los que podrían estar Zé Castro y Riki.

El Dépor viene de encajar severas derrotas en sus últimas dos salidas, 4-0 en Alcorcón y 2-0 en Alcoy. Toca reaccionar a domicilio, aunque otro pinchazo en Córdoba a Oltra tampoco le parecería alarmante. "Sería preocupante, no alarmante, como ahora es preocupante que llevemos dos partidos sin ganar. Esto es fútbol y puede suceder", explicó el valenciano, consciente de lo que significaría un nuevo traspié lejos de Riazor. "No ganar supone que la bola se hace más grande y eso no ayuda -explicó-. En cambio, ganar reduce mucho esa bola, tranquiliza a todo el mundo y da un margen de confianza".

Pase lo que pase en el Nuevo Arcángel, seguirá teniendo plena confianza en su plantilla. "Desde el primer día dije que era un reto difícil y siempre he sido realista en mis afirmaciones. Dije que la categoría era muy igualada y complicada, y lo mantengo. Tenemos que creer en lo que estamos haciendo. Creo firmemente en este proyecto, creo en esta plantilla y también creo que tenemos que mejorar cosas de rendimiento. Por ejemplo, esta media de goles encajados no podemos mantenerla". Con doce tantos en contra, el Dépor es uno de los equipos más goleados de la categoría. Esa fragilidad atrás preocupa mucho a Oltra, dolido por los "errores individuales" que, como ocurrió en el último partido ante el Nàstic, están costando caros.

Reconoce que hasta la fecha el equipo no está cumpliendo con las expectativas, pero recomienda "perseverar" para encontrar pronto la senda del éxito. "Esto es largo, complicado e igualado. Hay que tener tranquilidad. Creemos en lo que hacemos y en la forma de trabajar. Mientras yo tenga confianza en la plantilla, todo va a llegar. Con tiempo, todo va a llegar", insistió a la conclusión del entrenamiento de ayer. Confía plenamente en los futbolistas que tiene a su disposición. De ahí que, por el momento, no se plantee la posibilidad de buscar refuerzos en el mercado invernal: "Confío plenamente en la plantilla y lo digo con el corazón en la mano. Hablar en octubre del mercado de invierno es prematuro. Imagino que el club estará trabajando en recabar información pero no hemos hablado de ese tema. Ahora mismo no me planteo ningún fichaje en ninguna posición. Mi confianza es ciega en todos".

Pide que todo el mundo haga un ejercicio de autocrítica, empezando por él mismo, en busca de una mejora individual que permita al Dépor crecer como equipo. "Hay que ser exigentes, realistas, saber dónde estamos y que tenemos que mejorar mucho, pero la calidad de esta plantilla no está en duda. Con un poquito de trabajo y exigencia por parte de todos, y con una mejora del rendimiento, empezando por mí, probablemente el equipo vaya a mucho más y al final logremos lo que queremos, porque el objetivo sigue siendo el mismo de hace tres semanas".

El problema, a su juicio, "no es una cuestión de dejadez o mentalidad". "No es que el equipo no tenga esa actitud de respetar a los rivales. El equipo ya sabe dónde está desde hace tiempo -zanjó- pero sí que es cierto que las cosas no están saliendo como pensábamos". Sigue convencido de que dispone de un plantilla lo suficientemente competitiva como para ocupar una de las dos primeras plazas al término del campeonato, aunque entiende que si al final esa meta no se consigue tampoco habría que hablar a la fuerza de fracaso: "Las valoraciones hay que hacerlas al final y dependiendo de cómo llegas al final. Me parece que hay plantilla para lograr el objetivo. Si se logra, fenomenal, y si no se logra, valoraremos cómo no se ha logrado".

Un adversario al alza

Mañana, en el Nuevo Arcángel, le espera un rival rebosante de "ilusión, confianza y velocidad". "El Córdoba triangula bien y propone un juego asociativo y combinativo con llegada -analizó-. Defensivamente es muy intenso a la hora de apretar. Imprime un ritmo alto. Está ahí porque está haciendo las cosas bien". Intuye que para sumar los tres puntos el Deportivo tendrá que marcar más de un tanto: "Para puntuar habrá que hacer gol y para ganar seguramente habrá que hacer más de uno. Espero que sea un partido abierto porque los dos equipos tienen una propuesta atractiva. Habrá que intentar tener más acierto ofensivo, intención, profundidad y cometer menos errores atrás".

Pese a que de momento sigue sin poder sentarse en el banquillo para dirigir al Dépor, se siente "respaldado" y le "consta" que el club está haciendo "todo lo posible" por resolver el problema. "Es un tema administrativo que no depende de mí. Es una película que no va conmigo. Sí va conmigo -matizó- porque soy el afectado y no puedo ejercer de forma natural mi profesión. Si fuera por el club, estaría arreglado. Si no puede ser en Córdoba, será el siguiente, y si no, el siguiente". Por último, el técnico elogió las condiciones del terreno de juego del Nuevo Arcángel, un campo de mayores dimensiones que los de las últimas salidas a Alcorcón y Alcoy. "Si ya no era una excusa entonces, pues ahora menos porque es un campo un poquito más grande", concluyó.