El Málaga cortó una racha negativa de tres derrotas consecutivas con una victoria discutida por el Espanyol por un penalti de Romaric, que tocó supuestamente el balón con la mano, aunque el equipo local mereció algún gol más.

En un principio el Espanyol era la víctima propicia para el Málaga, porque en veinte partidos que se han enfrentado los malaguistas vencieron en once ocasiones, siete de ellas en La Rosaleda, por lo que el favorito era el equipo local, a pesar de la incertidumbre y de las dudas.