Una victoria muy cómoda, encarrilada en la primera media hora con más pegada que fútbol, alivió la crisis del Atlético, pero no las dudas de la afición en torno a la continuidad de Gregorio Manzano. Ni siquiera el 3-1, con dos goles de Adrián y uno de Álvaro Domínguez, evitó breves pero intensos gritos del público contra el técnico y la directiva al final del encuentro, en el que el equipo aragonés, que suma tres derrotas consecutivas, maquilló el marcador con un gol de Helder Postiga.