Víctor Sánchez del Amo tiene reservado un lugar importante en la historia del deportivismo. Fue uno de los pilares básicos en las alineaciones de Javier Irureta en la mejor época del equipo, pero además figura como el verdugo de los celestes en Balaídos en la temporada 2003-04, cuando los blanquiazules ganaron 0-5 y el centrocampista madrileño anotó tres goles.

-¿Cómo recuerda aquel 0-5?

-Es un recuerdo muy bonito, en una una noche especial, un partido de máxima rivalidad, y con una victoria tan sonora en el campo del rival, con la fortuna de estar tan acertado de cara al gol con ese hat trick, que quedará para la historia. Algo por lo que uno se siente muy orgulloso. Ahora, con mayor perspectiva al estar retirado, lo ves de otra forma y te llegan recuerdos muy bonitos de uno de los mejores partidos de mi carrera futbolística.

-¿Le hace sentirse especial?

-Sí. Sobre todo esos recuerdos y esta semana. Además, por suerte no hay partidos de Primera División y el destino ha querido que sea un partido estelar este fin de semana ya que es de Primera aunque vaya a ser, por circunstancias, en Segunda. En momentos como estos los recuerdos de haber defendido la camiseta del Deportivo, que la llevo grabada muy dentro de mí, con la máxima intensidad y todos los recuerdos de los derbis, que son muy positivos, como también de todos los años que estuve en el Depor, años buenísimos que se hicieron cosas muy importantes.

-Dicen los Blues que un derbi no se juega, se gana...

-Al final son tres puntos más. Desde luego que desde la posición del aficionado hay que entenderlo así y eso se transmite al espíritu del jugador cuando está en el campo. Es algo muy bonito porque te lleva en volandas y te hace sentir que no es un partido más, ya que es de esos encuentros que a todo jugador le encanta participar por ese ambiente tan especial que lo rodea. Es de los partidos en los que se sale con las pilas bien cargadas. Es bueno ese sentimiento y hay que disfrutarlo. Pero también hay que hacerlo con la cabeza bien tranquila porque lo que hay son tres puntos. Aunque entiendo que haya que tener la dosis de corazón caliente que requieren estos encuentros.

-¿Usted se sentía presionado cuando llegaba el momento de jugar estos partidos?

-No, en absoluto. Presionado no me he sentido nunca jugadno en el Depor, nunca. A gusto, con confianza, ... Lo que notaba es que es un partido que va a ver todo el mundo y en el que tu afición quiere ganar porque lo que le gusta es vacilar al amigo del Celta de turno durante toda una vuelta. Le has ganado, le has pasado por encima, eso desde punto de vista del aficionado es importante, pero no es presión, yo diría que es motivación.

-¿Y hay favoritos en estos enuentros?

-Son etiquetas que se cuelgan con un objetivo mediático. Los rivales se miden en virtud de los resultados, rendimiento y trayectoria, y en ese sentido está bastante parejo, ya que el Celta viene de encadenar una racha positiva, con cuatro victorias seguidas y el Depor está más irregular, aunque es muy fuerte en casa. Las fuerzas están muy igualadas, aunque, el Deportivo siempre tiene que ser favorito en su campo, pero desde un punto de vista mediatico, en lo profesional no conviene, por exceso de confianza o por minusvalorar al rival, ya que se puede volver en su contra.

-¿Qué papel juega la cabeza, el cerebro?

-En todos los partidos es fundamental y en estos más por el factor motivacional que hace que el corazón se dispare, y es bueno, pero siempre que haya un procesador, que es el cerebro, que sepa ajustar y controlar esas sensaciones para que no sean excesivas y lleven a un error.