El Conslar OAR no levanta cabeza desde que se lesionaron Alfonso y Lozano. Ambos continúan jugando, pero renqueantes, y los dos son vitales para el rendimiento del equipo porque aportan veteranía y porque estaban en un gran momento de forma. Sin ellos al cien por cien, los coruñeses tienen problemas, y ayer, en la cancha del Porriño, uno de los gallitos de la categoría, no fue menos.

Los hombres de Pablo Aguirregabiria sufrieron desde el minuto uno, con desventajas desde el principio. Sin embargo, en un derroche de pundonor llevó al conjunto herculino a acercarse hasta los tres goles de diferencia, aunque la renta al descanso se situó ya en unos claros seis tantos (19-13).

En la segunda parte, el OAR se vino abajo y el Porriño se aprovechó de ello siempre con la misma táctica: salir rápido a la contra. Eso creó muchas inseguridades a los visitantes, que no pudieron hacer nada, pese a ser la mejor defensa de la categoría, para frenar el ataque pontevedrés. Al final fueron nueve los goles de diferencia (37-28).