Hace unos años, en la época en la que Djalminha portaba el 8 en la camiseta del Deportivo, que el árbitro señalase un penalti a favor de los blanquiazules era sinónimo de gol. De gol, pero... En la semana de la última jornada de la temporada 1999-2000 un componente de aquella plantilla tranquilizaba a un grupo de peñistas, nerviosos ante la posibilidad de que ese último partido, ante el Espanyol, se tuviese que decidir con un lanzamiento desde los once metros, como cinco años atrás sucedió con el Valencia. "Tranquilos", decía ese jugador, "yo estaré en la grada porque no iré convocado y si pasa eso me marcharé porque Djalma cogerá el balón y lo lanzará como siempre, yo me ... en su familia, pero al final será gol. Seguro. Estad tranquilos", aseguraba. No hubo necesidad de tal penalti para celebrar el título de Liga. Pero en ese mismo curso, en la cuarta jornada, el equipo coruñés perdía ante el Numancia 0-1 en el descanso. En la segunda parte hubo un penalti y Djalminha cogió, en efecto, el balón, lo lanzó duro, abajo y a la izquierda del portero. Álvaro Núñez, guardameta uruguayo, lo desvió a córner. El Deportivo acabó perdiendo 0-2.
Fue el último penalti que falló el futbolista brasileño con la camiseta del Deportivo. Antes había errado ante el Mérida, ganó 0-1, y el Valencia, con victoria coruñesa por 1-0, en la dos temporadas anteriores. Desde entonces siempre acertó. Y casi siempre emulando al checo Panenka, es decir, amagando un disparo fuerte a un lado y picando la pelota suavemente por el centro. Así se le recuerdan numerosos penaltis a Djalma, en especial el que convirtió en San Siro ante el Milan en un campo embarrado y con el veterano Rossi defendiendo la portería. Marcó. Como lo hizo tantas veces, incluido el de la fotografía donde se ve como bate a su compatriota Taffarel, portero del Galatasaray y de la selección brasileña, en un partido de la Liga de Campeones. Marcó casi todo, pero falló ante el Numancia. Ese año, en Soria, también hubo polémica en otra acción, fue el año en que Pérez Lasa le anuló un gol a Songo'o.
