"Quería ser como Superman", explica Víctor Tenreiro (Caracas, Venezuela, 1988). "Ya sabía lo que era el fútbol americano, pero al ver la serie de Smallville, la temporada en la que Clark Kent es quarterback sustituto de un equipo, me dije que quería ser como él". Así empezó la historia de un joven que llegó a los 13 años a A Coruña, que se forjó en los Black Towers, único equipo gallego -que disputa la liga portuguesa-, hasta que diez años después le llegó la oportunidad de su vida con el fichaje por los Marburg Mercenaries, actuales campeones de la conferencia sur de la liga alemana y con Joe Sturdivant, campeón del mundo con Estados Unidos, como entrenador.

"Es uno de los momentos más importantes de mi carrera. Quería jugar en Alemania para aprender el idioma y quería jugar en un equipo de ese nivel, así que más no se puede pedir. Además, también es importante para los Black Towers. Se demuestra que el nivel ha subido y será un punto de inflexión para que otros jóvenes puedan llegar lejos", afirma. Cumplirá 24 años la próxima semana y lo celebrará con su incorporación al conjunto germano. Sus 180 centímetros y sus 120 kilos son su carta de presentación, pero también sus ganas de seguir creciendo: "En mi carta de presentación, en el apartado de lo que pedía de sueldo, puse que mi mayor beneficio, lo que más me importa, es jugar en un buen equipo".

Su posición es la de center, el encargado de proteger al quarterback o de crear espacios para que los corredores se lancen hacia la línea de fondo. En los Black Towers era un indiscutible, de hecho no solo no se perdió ningún partido, sino que solo él y otro compañero disputaron todos los minutos en las dos últimas temporadas. Lo echarán de menos, por tanto, pero le dejarán volar. "Me da mucha pena dejarlos, son como mi familia, pero sé que a mi vuelta me estarán esperando y que hoy en día, con las redes sociales, estaremos muy en contacto".

Los Marburg Mercenaries le dan la oportunidad de dedicarse profesionalmente a un deporte casi desconocido en Europa, pero una auténtica pasión en Estados Unidos, a donde dar el salto todavía no es tan fácil como en otros deportes como el baloncesto, con muchos jugadores extranjeros en la NBA, pero no imposible. "Por peso y estatura podría ir, no por experiencia y pedigrí. Pero el máximo anotador de la historia de la NFL es danés, así que sí que se puede. Pero hay que pasar mucho tiempo antes en el gimnasio y en Europa no hay esa cultura. No hace falta ser el más fuerte del mundo, pero sí una base. Y también en el parte teórica. Por cada hora de entrenamiento físico hay una o dos de entrenamiento teórico. De hecho, en la NFL, una de las pruebas para entrar es un examen de inteligente. Por muy bueno que seas, si das un nivel bajo, dudan en ficharte, porque no serás capaz de entender los sistemas", comenta.

En la madrugada del domingo al lunes se disputó la Super Bowl, uno de los acontecimientos deportivos más seguidos en el mundo. "No fue una sorpresa porque se sabía que la clave iba a ser la defensa y que la de Nueva York era mejor que la de Nueva Inglaterra. Lo que va a estar interesante es el tema de los hermanos Manning. Siempre se dijo que el mayor era mejor que el pequeño, pero éste tiene el doble de Superbowls y ya se sabe que en Estados Unidos el segundo es el primero de los perdedores", analiza.

Aprendió parte de esta pasión por la NFL en su año de intercambio en Estados Unidos. Allí se inició en el fútbol americano, pero también en lucha libre, atletismo, béisbol, halterofilia... "Esto me ayudó a saber que la convicción y el sacrificio es lo más importante y lo he llevado a cabo tanto en los deportes como en los estudios", dice Víctor, que además de jugar en los Black Towers y terminar la carrera de sociología, se dedicó el último año al lanzamiento de disco junto al maestro Raimundo Fernández. "Son dos deportes que se complementan porque en los dos se necesita fuerza y explosividad y no tanta resistencia. Entrenaba cuatro días con Raimundo y el resto, con el equipo, aunque los martes y los jueves se me hacían un poco largos. Pero como digo yo... con amor y querer es fácil", reconoce y expresa su deseo de seguir compaginando ambas modalidades en Alemania, cuna de grandes especialistas.

Junto al gran entrenador coruñés también ha aprendido mucho. "Su pasión ayuda a ponerte las pilas, vas más motivado a los partidos, a estudiar las jugadas, a entrenar... Raimundo nunca te dice que lo tienes que hacer mejor, sino que tienes hacerlo el mejor de todos", dice agradecido. Además, el técnico le ha pasado sus ganas de traspasar conocimientos : "Cuando vuelva me gustaría trabajar con chavales de 14 para que a los 18 consigan una beca para jugar en Estados Unidos y lleguen a la NFL".