El FC Barcelona es lo que es hoy en día gracias a que mima su cantera. La gran mayoría de los jugadores de la primera plantilla -todos los españoles salvo Villa y Pinto- han salido de La Masía. Incluso Messi, el mejor jugador del mundo, se moldeó en esta fábrica de estrellas. El coruñés Ignacio Alabart entrará a formar parte de esta escuela la próxima temporada. No es futbolista, pero se dedica a un deporte en el que el conjunto azulgrana también domina con mano de hierro, el hockey sobre patines. Solo habrá dos plazas para los jugadores de esta disciplina y una lleva su nombre. Una oportunidad de lujo para formarse tanto a nivel deportivo como personal que no podía dejar pasar de largo.

Ignacio es hijo de uno de los mitos verdiblancos, Quico Alabart, defensa del Liceo de los años 80, la época más dorada del equipo herculino. Lleva, por tanto, el hockey en el ADN. Nació prácticamente con un stick debajo del brazo y con cuatro años ya patinaba con facilidad. El joven, que ahora ya tiene 16, se formó en las pistas del Compañía de María, con el que se subió al podio del Campeonato de España. En el colegio, la noticia de su marcha corrió de boca en boca con un sentimiento unánime de orgullo, como el de su padre.

"Para mí es un orgullo que de 81 niños que habrá allí, solo dos sean de hockey y uno sea mi hijo. Es un orgullo que se hayan fijado en él, pero también que él haya aceptado un reto de esta magnitud, que no es nada fácil dejarlo todo aquí, a su familia y a sus amigos, para irse", reconoce Quico Alabart.

La oportunidad para Ignacio es única, aunque no puede evitar sentirse triste por abandonar un club al que se siente muy ligado. "Es un cambio muy fuerte, sobre todo porque él está muy comprometido con sus compañeros", revela el orgulloso progenitor, que animó a su hijo a coger sus bártulos con destino a Barcelona: "Es una oportunidad muy grande porque allí podrá entrenan con unos medios especiales y además primará la parte educativa, no podría ser diferente a su edad". Antes, tendrá la oportunidad de jugar por el ascenso. Si el Compañía gana el domingo, se clasificará para la fase. Una ocasión para despedirse por la puerta grande.