La victoria en Balaídos ya pasó. Sirvió para dar una "zancada" hacia Primera, como dijo José Luis Oltra, pero no garantiza nada, por muy cerca que se vea la meta. El técnico está convencido de que su equipo ha sabido pasar página tras el subidón del pasado domingo. Hoy debe demostrarlo ante el Elche, un rival incómodo que ya noqueó al Dépor en la primera vuelta. El líder afronta el encuentro lanzado y con la convicción de que nada ni nadie le va a apartar de su objetivo final. Confía más que nunca en sí mismo, pero también sabe que la euforia del entorno debe quedar fuera del campo. La afición tiene todo el derecho del mundo a verse ya en Primera. No así los jugadores, conscientes de que aún queda camino por delante.

Y qué mejor que recorrerlo en Riazor, donde la fiabilidad del Deportivo parece no tener límites. Seis meses lleva sin fallar como local. Ni un solo punto ha volado de A Coruña desde el 15 de octubre del año pasado, cuando el Nàstic arañó un empate. Los siguientes doce visitantes cayeron derrotados. Es solo una estadística, demoledora, pero nada más que eso. Porque si el Dépor quiere encadenar su decimotercera victoria como local y dejar al Celta a 13 puntos de distancia (con un partido menos) deberá salir más enchufado que nunca y convencido de que nadie le va a regalar nada. Ni hoy, ni en las ocho jornadas restantes.

Durante toda la semana le han llovido los elogios y eso, a veces, se traduce en una relajación que Oltra quiere evitar a toda costa para no llevarse un susto como el de la primera parte en el encuentro del Martínez Valero. Allí el conjunto coruñés regaló los primeros 45 minutos y acabó derrotado pese a arrollar a su rival tras el descanso. Aquel fue prácticamente el último lunar del Dépor. Desde entonces disputó diecinueve encuentros, con un balance más que brillante: dieciséis triunfos, un empate (Valladolid) y solo dos derrotas (Sabadell y Girona). Números de campeón a los que el líder intentará darle continuidad de aquí al final.

Cinco meses después de aquella derrota en el Martínez Valero, las dinámicas de ambos son opuestas. El Dépor es un líder sólido y el Elche decidió cambiar de técnico con la esperanza de superar su bache y acabar en puestos de play off. Es la misión de César Ferrando, "un especialista en reactivar equipos", según Oltra. El entrenador deportivista no podrá contar con Riki, lesionado en Balaídos, pero por lo menos tiene a su disposición a Lassad, duda desde el miércoles por un esguince de tobillo. Decidirá entre el marsellés o Xisco para formar en punta. Los demás serán los habituales de las últimas jornadas, los mismos que ganaron en Balaídos.