La selección española explotó su último día en Galicia antes de partir para Georgia. Los jugadores han tenido un día de lo más completo. Salieron de Vigo a primera hora de la mañana para entrenar a puerta cerrada en el estadio de San Lázaro, en Santiago de Compostela. Al término del mismo, el seleccionador Vicente del Bosque les dio el resto del día libre a sus pupilos. En la misma capital gallega varios de los futbolistas se citaron en un restaurante para disfrutar de una mariscada.

Con la barriga llena, los jugadores decidieron volver a Vigo para asistir a una fiesta privada en la discoteca Galliano, en el Arenal. Casi todos los jugadores convocados para el partido del martes ante Georgia estuvieron durante la tarde-noche de ayer en el local vigués.

La expedición española llegó en torno a las 19.00 horas en dos microbuses. Durante el tiempo que estuvieron dentro, pudo verse también por allí a Vlado Gudelj, delegado del Celta, Patxi Salinas, ex jugador del conjunto celeste y Míchel Salgado, ex jugador de Celta, Madrid y la selección española. A la fiesta también asistieron un buen número de chicas que estuvieron entrando y saliendo de la discoteca a lo largo de toda la tarde. El personal de seguridad del local no dejó sacar fotos de los jugadores y a las personas asistentes a la fiesta ajenas a la selección, no se les permitió pasar con teléfono móvil.

En cuanto la noticia de que el equipo campeón del mundo y de Europa corrió por las calles, aficionados y curiosos se apostaron a las puertas del Galliano a la caza de una foto o un autógrafo. En total, se reunieron allí alrededor de setenta personas, en su mayoría niños y jóvenes, pero una vez más, tal y como ocurrió el jueves en el aeropuerto de Peinador, los jugadores pasaron de largo.

El primero en hacer acto de presencia fue Álvaro Arbeloa, que salió unos minutos para hacer una llamada, pero lo hizo desde dentro de un coche de seguridad de la Federación. Minutos más tarde, Iker Casillas, Andrés Iniesta y Jesús Navas se montaron en ese mismo automóvil para abandonar la fiesta. Los siguientes fueron Xabi Alonso, Raúl Albiol y Álvaro Arbeloa, que se marcharon diez minutos después en un taxi. Cesc Fábregas y Sergio Busquets se fueron ellos dos solos en uno de los microbuses en torno a las 22.50 horas y los demás siguieron dentro de la discoteca hasta el cierre de esta edición. Los jugadores tuvieron que volver después a Santiago, donde pasaron la noche de ayer para coger hoy un vuelo chárter rumbo a Georgia.

Los internacionales españoles han querido paladear varias de las posibilidades de disfrute que ofrece Galicia. Gerard Piqué, el primero que mostró su entusiasmo por los paisajes, relevó ayer a través de su cuenta de Twitter que la plantilla había disfrutado de una mariscada en Santiago de Compostela.