La selección española de fútbol llegó ayer a Tiflis, donde mañana se medirá con Georgia, su primer rival en el camino hacia Brasil 2014 y la defensa del título mundial. El avión de la roja aterrizó en el aeropuerto de la capital georgiana sobre las 17.20 horas. Tiflis recibió a la selección española con el cielo encapotado, pero con una temperatura agradable: 23 grados centígrados, los mismos que se esperan para mañana, cuando los hombres dirigidos por Vicente del Bosque, que descansaron en la primera jornada del Grupo I, harán su debut en la fase de clasificación.

El autocar de la roja era esperado por más de un centenar de aficionados georgianos junto al céntrico hotel en el que se hospedó la selección española. Algunos aficionados portaban banderas españolas y vestían camisetas del Barcelona y el Madrid. A medida que los jugadores bajaban del autocar los aficionados coreaban sus nombres. "Iniesta, Iniesta", "Iker, Iker", gritaban los aficionados, mientras los guardias de seguridad a duras penas contenían a quienes trataban de acercarse para conseguir un autógrafo de sus ídolos.

Solo al final, cuando todos los miembros de la delegación española ya habían entrado en el hotel, se oyeron gritos de "¡Sakartvelo!", que es como se dice Georgia en el idioma vernáculo. El pasado viernes Georgia derrotó 1-0 a Bielorrusia en su debut en la eliminatoria mundialista, y encabeza junto con Francia, que venció a Finlandia 0-1, la clasificación en el Grupo I.

La selección española de fútbol inicia la defensa de su título mundial en Georgia, un país caucasiano de cerca de cinco millones de habitantes en el que el pejburti (balompié) es más que una pasión, pese a que hoy está lejos de sus mejores momentos. El fútbol llegó a Georgia a finales del siglo XIX de los pies de los marineros ingleses que mataban el tiempo libre con una pelota en el puerto de Poti, en el mar Negro, que baña la parte occidental del país, en aquel entonces parte del imperio ruso.

El primer club, inscrito en 1906

El juego extranjero tardó muy poco en enamorar a los georgianos y ya en 1906 en Tiflis fue inscrito oficialmente el primer club de fútbol, el Sókol (Halcón, en ruso), que pocos años después tradujo su nombre al idioma local y pasó a llamarse Shevardeni. Los inicios del fútbol en Georgia fueron recogidos en la comedia de la realizadora georgiana Nana Mchedlidze La primera golondrina, película de gran éxito en la Unión Soviética y que en 1976, un año después de su estreno, fue premiada en el Festival de Cine Soviético.

El Dinamo de Tiflis, el club más laureado del fútbol georgiano, nació en 1925, cuando en la Unión Soviética aun no contaba con una liga nacional, que fue creada en 1936. Los georgianos, famosos por su temperamento -algunos les llaman los italianos del Cáucaso- se entregaron en cuerpo y alma al deporte rey, y ya en 1937 Tiflis, la capital de la Georgia soviética, contaba con uno de los mejores estadios de toda la URSS.

La edad dorada del pejburti comenzó a mediados de los pasados años 70 y se prolongó hasta los comienzos del siguiente decenio, cuando el Dinamo de Tiflis ganó, en 1981, la Recopa de Europa al derrotar 2-1 al Carl Zeiss, de la desaparecida República Democrática Alemana, en un partido disputado en Düsseldorf. Esa victoria ha sido hasta ahora el mayor logro del fútbol georgiano.

"¡Imagino la fiesta que se estará montando en Tiflis!", exclamó con el inconfundible acento gutural de los georgianos el actor Koté Majaradze, cuando comentaba ese partido para la televisión soviética. Majaradze, ya fallecido, era uno de los comentaristas más queridos por los soviéticos y conocía bien a su gente: nada más sonar el pitido final en Düsseldorf decenas de miles de personas salieron a la calles de Tiflis a celebrar a lo grande la victoria de su combinado nacional.

Nunca en fases finales

Tras la independencia del país, en 1991, la selección georgiana de fútbol no ha sido pródiga en alegrías para con su afición, más bien al contrario: no han llegado a disputar ni un Mundial ni una Eurocopa. A los georgianos aún les duele que en la fase de clasificación para Sudáfrica 2010 el combinado nacional dirigido entonces por el argentino Héctor Cúper no ganó ni un solo partido de los diez que disputó en la fase de grupos.

Pero la mala racha acabó el pasado viernes, cuando los "cruzados", por las cinco cruces que luce la bandera de Georgia, derrotaron 1-0 a Bielorrusia en la primera jornada de la eliminatorias para Brasil 2014 y permiten a la afición del país caucasiano abrigar la esperanza de que algún día se haga realidad el sueño de ir a un Mundial.