El Betis pagó con el empate (0-0) la ausencia de su matador, el canario Rubén Castro -lesionado para tres semanas-, ante un Valladolid que aguantó casi veinte minutos en inferioridad numérica por la expulsión del zaguero Rukavina. El Betis, pese a contar con varias ocasiones claras de gol, echó mucho de menos la eficacia de su máximo artillero.

En el segundo tiempo, el Betis tuvo más ambición y llevó casi siempre el control del juego. Pudo marcar por medio de Jorge Molina (m.60), tras un córner botado por Beñat; Nono (m.60), que remató por encima del travesaño; y de nuevo Jorge Molina (m.78), que envió el balón por encima del larguero a tres metros de la línea de gol.

Javi Guerra a punto estuvo de aprovechar un fallo de la zaga bética, ya en el minuto 85, y en el ocaso del choque el zaguero Amaya vio cómo un defensa rival desvió el balón en la misma raya de meta. Al final, la expulsión por doble amarilla de Amaya cortó el acoso local al marco del guardameta Dani.