Con apenas seis años, Ángel Mirantes y Adrián Miró compartían sus primeros pasos en el hockey en el patio de Compañía de María, uno como portero y el otro como jugador. Quién les iba a decir a ambos por aquel entonces que después de ser compañeros y rivales el deporte les iba a llevar tan lejos. A Mirantes hasta Dornbirn, en Austria, donde además de pasar frío y dificultades con el alemán disputa tanto la liga suiza como la del país con el equipo local. La oscura Inglaterra fue el destino de Miró, que practica el idioma y conoce el hockey británico en el Manchester Roller.

Ángel Mirantes (A Coruña, 1990) era una de las piezas más codiciadas del mercado el pasado verano después de que se confirmara que el Órdenes renunciaba a su plaza en Primera División. El Liceo se interesó en él para hacer de escudero de Xavi Malián, pero finalmente el puesto se lo quitó Aitor Prada. Le tocó estudiar ofertas y una de las más atractivas era la del RHC Dornbirn. "Me desplacé un fin de semana para hacer una prueba in situ y tras una negociación, me decidí por el equipo y en octubre empecé la temporada", resume.

La adaptación al clima y al idioma fue lo más difícil. "La temperatura es muy baja, a veces incluso de 15 grados bajo cero, y hay nieve durante todo el invierno", explica. "Pero lo que más me cuesta es el idioma. Aunque con alguna gente puedo hablar en inglés, es imprescindible hablar alemán. El club me ha puesto unas clases por las mañanas y cada día voy mejorando y me voy sintiendo más a gusto. Mis compañeros también me ayudaron mucho desde el principio para que me integrara", añade.

Para Miró (A Coruña, 1990) su equipo, que comparte con varios jugadores catalanes, también es "una pequeña familia". El coruñés empezó a patinar con cuatro años solo "por pasar tiempo con amigos", pero llegó más allá de lo esperado. "En mi colegio, Compañía de María, el hockey tenía mucho tirón. Recuerdo con cariño los viajes a los Campeonatos de España y también lo mucho que me enseñaron mis primeros entrenadores: Antón y Manu Boedo, José Ares...", comenta.

El hockey sobre patines es "una forma de vida" para él y desea que "la apuesta por jugadores gallegos crezca" con el paso de los años. Admirador de Jordi Bargalló y Toni Pérez, empezó en Compañía, pero también jugó en el Liceo (como júnior) y en el Órdenes, donde aprendió de los trucos de Marcos Rey, para volver de nuevo a su casa. El pasado año consiguió llegar a la fase de ascenso a Primera con Compañía, aunque el objetivo se quedó a medias: "Fue una experiencia agridulce porque teníamos equipo para conseguirlo, pero estoy seguro de que este año seguirán luchando".

Deportivamente la experiencia les está saliendo bien. Miró lidera la liga británica, compuesta por ocho equipos, con el Manchester Roller. Mirantes se ha clasificado con el Dornbirn para el play off del campeonato suizo -Dornbirn, en Austria, está a solo 15 minutos del país vecino y no empieza la liga local, que dura solo 2 meses, hasta abril- e incluso disputó la primera fase de la Copa CERS, aunque en su camino se cruzó un superior Forte dei Marmi italiano, en el que precisamente milita otro coruñés en el exilio, Pablo Cancela. Los dos coinciden en señalar que el nivel de sus ligas todavía está por debajo del de la española. "La diferencia está en la mentalidad", dice Miró, que sueña con jugar en el Oporto y quiere probar también en países como Suiza y Francia. "La voluntad de las personas del club y de la afición es muy buena. Cada día somos más los extranjeros que venimos y el nivel sube cada día", anima Mirantes.