"Luis Aragonés marcó el camino de los éxitos de la selección española", recordó ayer Vicente del Bosque, su sucesor en el banquillo de la roja. "Es un día muy triste, es una persona de la familia del fútbol que ha hecho mucho por este deporte. Fue un excelente jugador, buenísimo y después tuvo una carrera larga y brillante como entrenador. Como seleccionador es el que marcó el camino de los últimos éxitos de la selección española con su apuesta en cuanto a fútbol y en cuanto a las buenas relaciones y la convivencia entre los jugadores y que nosotros puedo decir que no quise borrar nunca desde que llegué", declaró.

"No quisimos borrar ninguna huella del pasado y nos apoyamos en todo lo que él había hecho", recalcó Del Bosque tras acudir al tanatorio de La Paz de Tres Cantos (Madrid) para transmitir el pésame a la familia de Aragonés. También destacó la huella de Luis en la selección "en el aspecto técnico y táctico, con otros jugadores, porque evidentemente los tiempos van cambiando y se van incorporando nuevos jugadores".

Luis Aragonés fue el hombre que cambió todo e hizo campeona a la selección española. "Sí. Claro. En 2008", respondió con rotundidad el salmantino. "Además con todo merecimiento. Y eso tiene su valor y el reconocimiento de todo el mundo, de los que estamos dentro y de los que están fuera, de la persona que ha sido Luis, y encima un hombre de una trayectoria brillantísima como jugador y como seleccionador. No vamos a olvidarle nunca", concluyó.

También le recordó Javier Irureta. El exentrenador del Deportivo coincidió con Luis Aragonés en el Atlético de Madrid durante ocho temporadas (1967-1975), tiempo en el que aprendió del Sabio de Hortaleza su carácter de "ganador nato", el cual hacía que "cuando perdía, era mejor no estar cerca de él, le cambiaba el humor".

Irureta desvela que hace unos meses estuvo con Aragonés en una comida en el Vicente Calderón y aunque lo vio "fenomenal", un comentario le dejó pensativo, "Me dijo que cadao año que pasaba era como si le cayeran diez más. Pero le dije que era algo normal", desvela nostálgico. "Le tuve siete años y medio como jugador y media temporada como entrenador. Era un muy buen jugador, ganador, de carácter fuerte, técnicamente muy bueno. Tenía mucho peso en el equipo y era goleador", recuerda. "Tenía sus riñas en el campo con los adversarios. Y a veces también con los compañeros. Pero era una persona que siempre te impulsaba para tirar para adelante", relata.

Jabo recuerda cómo fue la transición de Aragonés de compañero a entrenador: "Calderón nos consultó a Gárate y a mí y le dijimos que fantástico, porque nadie podía conocer mejor al equipo". "Al día siguiente ya andaba por allí con su carterita y el primer signo que nos dio de que era el entrenador fue que nos cogió uno a uno y nos llamaba de usted. Para finalizar, le define en tres palabras: "Ambicioso, trabajador y sincero. Él no aceptaba la dobles verdades. Solo había una. Se ha ido alguien muy grande".