Las bajas fueron un lastre demasiado pesado para el Viaxes Amarelle en su visita al Cidade de As Burgas, que se llevó con claridad el derbi gallego de la primera jornada de la segunda vuelta de Primera División femenina de fútbol sala. El resultado habla de un baño local, pero el partido fue mucho más igualado que lo que se refleja. La calidad individual de las ourensanas, casi con un efectividad del cien por cien, alargó el marcador hasta el 3-0, lo que hizo mucho daño a las coruñesas que, aunque se pudieron reponer con un gol de Monchi, recurrieron demasiado pronto al juego de cinco y los riesgos le salieron demasiado caros.

El choque empezó muy igualado, con los dos equipos utilizando la misma estrategia de presionar muy arriba la salida del balón del rival. Pero eran las ourensanas las que conseguían imprimir mayor efectividad a sus acciones. Fue la principal diferencia entre uno y otro bando. Lo demostró María Arias, que prácticamente solo tuvo que empujar el balón para batir a Leti tras un gran jugada individual de Peque, que desequilibró y asistió a su compañera.

Pese al tanto en contra, las coruñesas no bajaron los brazos y siguieron con opciones de volver a meterse en el partido. Todo seguía igualado aunque la ventaja era para las locales. Pero antes del descanso, volvieron a golpear las verdiblancas, que se aprovecharon de una pérdida de balón del Amarelle para salir rápido a la contra y subir un nuevo tanto al marcador (2-0). Este gol y el del 3-0 de Nerea, a los pocos minutos de la reanudación, supusieron un fuerte golpe para las pupilas de Chipi, que decidió jugársela y, pese a que quedaba mucho tiempo, sacó a la portera-jugadora.

Su táctica tuvo premio en un principio, porque Monchi recortó la diferencia gracias a un gran pase en profundidad. Tuvieron más ocasiones las coruñesas pero no supieron finalizar ninguna de ellas, en parte también por el acierto defensivo del Cidade de As Burgas. Al final, el Amarelle pagó el atrevimiento encajando dos goles más, ambos desde cancha propia y a puerta vacía -Iria y Sonia-, con el conjunto herculino totalmente volcado. Fue la sentencia definitiva.