En un partido de necesidades, una de las mejores versiones del Castilla en la presente temporada ha sido suficiente para imponerse con comodidad a un Hércules poco ambicioso.

Salió el filial con voluntad, reclamando su papel de anfitrión. Iniciativa sin golpeo que anunciaba buenas intenciones e incomodaba al contrario. La agonía creció en los alicantinos de forma exponencial con el devenir de los minutos e invitó al Castilla a hacer más daño. Aceptó el envite y respondió con goles.

El primero nació en un saque de esquina pero terminó en una jugada posterior. Mascarell, desde la frontal, puso el balón dentro del área para José Rodríguez. Este controló en soledad, llegó hasta línea de fondo en pugna con Aitor y metió la pierna para sacar el esférico atrás regalándole la alegría a Derik.

Se abrió la herida sin reacción del Hércules. Por ello el Castilla salió en busca de más. En el minuto 40 Omar pensó, algo siempre negativo para el rival, y dejó una asistencia en profundidad impecable para que De Tomás ampliase la ventaja.

Tras el descanso, Azkorra saltó al césped en lugar de Sardinero pero el ataque visitante no experimentó mejoría. En el otro bando, la eficacia seguía presente. Como demostración, el tercer gol. Quini realizó una carrera de fondo por la derecha que encontró a Lucas Vázquez en la llegada. El extremo, con habilidad, sorteó a dos defensas y asistió a José Rodríguez para que este culminara sin oposición.

Antes del final la conexión volvió a funcionar para el 4-0, esta vez con los papeles cambiados. Pase en profundidad de José Rodríguez y definición cruzada de Lucas. La victoria da aire a los locales y aumenta la preocupación de un Hércules que encadena cuatro partidos sin ganar.