La Ley de Murphy se cebó ayer con el Compañía de María. "Si algo puede salir mal, saldrá peor", dice. Y es que no tuvo precisamente su día en el partido más decisivo de la temporada, pues se jugaba el ascenso a Primera. Incluso se marcó un gol en propia puerta de la forma más cruel, cuando el portero acababa de atajar una falta directa decisiva. El Oviedo, en cambio, se aprovechó de todos sus errores, sacó petróleo de ellos, pilló todos los rechaces y ganó todas las bolas divididas gracias a su superioridad física para ponerse 4-1. El coraje de los coruñeses les hizo recortar diferencias y ponerse 4-3 a falta de tres minutos. Le valía el empate y se lanzó a por él con todo, pero el palo, el portero asturiano y de nuevo, la mala suerte, le dejaron sin premio. El Oviedo se confirma como la bestia negra de los herculinos, que en 2012 ya se vieron apeados del ascenso por los asturianos, que vuelven a Primera, categoría a la que renunciaron el año pasado. El Compañía ya se conjura para volver a intentarlo la próxima temporada.

Lo que pasó en el minuto fue un preludio de lo que se avecinaba. Lobón perdió la bola en el centro de la pista y después no se entendió ante la cesión del portero, llegó un ruval, la robó y a punto estuvo de marcar. En otro despiste parecido, llegó el 1-0, cuando Isla se quedó solo frente a Lago y le batió. Entre ese gol y el segundo, el Compañía dominó casi todo el tiempo, pero el Oviedo siempre llegaba con más sensación de peligro, lo que confirmó Gómez con el 2-0 y Méndez, con el 3-0 de penalti justo antes del descanso. Un jarro de agua fría. Parecía que se necesitaba un milagro y se creyó en él cuando nada más empezar la segunda parte David Rodríguez se aprovechó de un error asturiano para plantarse frente al portero y reducir distancias.

A partir de ese momento el asedio colegial fue constante. David se estrelló contra el palo; Álvaro, Pedro y Hugo, de forma consecutiva, se quedaron también con la miel en los labios al culminar tres jugadas de tiralíneas. Cuando mejor estaban los locales, sufrieron otro palo. Falta directa por acumulación y aunque Lago frenó a Gómez, Pedro en el rechace anotó en propia puerta. Pero también de eso se repusieron, con Hugo como héroe ya que en veinte segundos marcó dos goles y dejó a los suyos a un gol del ascenso (4-3). El asedio se incrementó, pero también el Oviedo supo defender el resultado. Ni siquiera de falta directa David Rodríguez encontró el camino. Ni con la estrategia de cinco jugadores en pista en los últimos segundos. El hockey premió a un intachable Oviedo y castigó sin piedad al Compañía.