El ciclista alemán Marcel Kittel (Giant Shmano) celebró su vigésimo sexto cumpleaños con el triunfo en la tercera etapa del Giro de Italia, segunda en su cuenta particular, tras la que el australiano Michael Matthews (Orica) conservó su camiseta de líder.

Kittel invirtió en los 187 kilómetros, entre Armagh y Dublín, 4 horas, 28 minutos y 43 segundos, el mismo tiempo que el pelotón principal en el que estaba el líder Matthews.

El ciclista también fue el primero en el esprín de Belfast y en esta ocasión se lo pusieron difícil el británico Ben Swit (Sky) y el italiano Elia Viviani (Cannondale), segundo y tercero respectivamente.

La general ahora sigue con Matthews (Orica) al frente, seguido de los italianos Alessandro Petacchi (Omega Pharma), a ocho segundos, y Daniel Oss (BMC), a diez segundos.

Una jornada tranquila con un trazado llano y donde el principal problema volvió a ser la lluvia y el viento durante muchos kilómetros de la etapa, algo que no impidió que millares de aficionados abarrotaran la cunetas prácticamente desde Armagh hasta Dublín.

La escapada del día la protagonizaron el colombiano Miguel Ángel Rubiano (Colombia), el belga Gert Dockx (Lotto Belisol), el holandés Maarten Tjallingii (Belkin) y el italiano Giorgo Cecchinel (Neri Sottoli) que se fueron en el kilómetro cinco y, después, se les unió el venezolano Yonder Godoy (Androni).

A pesar de la lluvia y el viento, los escapados lograron abrir un hueco de hasta seis minutoslos escapados lograron abrir un hueco de hasta seis minutos cuando tan sólo se llevaban una treintena de kilómetros, diferencia que obligó al equipo Orica del líder Michael Matthews a acelerar el ritmo.

Fueron kilómetros de tensión por el acelerón que impusieron los componentes del Orica y que provocó numerosas caídas, afortunadamente sin consecuencias y entre los involucrados en una de ellas estuvo uno de los favoritos para el triunfo final, el italiano Michel Scarponi y, después, otro ilustre veterano italiano Ivan Basso daba otro sobresalto en el grupo, al sufrir una avería mecánica.

La aventura del día llegaba a su punto final a falta de unos siete kilómetros. A partir de ahí, comenzó otra etapa.

Tras la neutralización, lo de siempre, varios intentos de escapada que no prosperaron y control de los equipos con velocistas. Nervios al ser un final complicado debido a las curvas, especialmente, en el último kilómetro.

Los más activos en la parte final de la jornada fueron los componentes del BMC, el Giant Shimano, el Cannondale y el Sky, mientras que el Orica se dejaba llevar, ya que su objetivo no era otro que conservar, salir vestido de rosa de tierras irlandesas.

Un final de alto riesgo en que todos los esprinters querían ganar posiciones al frente del pelotón, algo que evitó la preparación de la llegada, al no poder entrar muchos de los denominados lanzadores, por lo que fue una llegada de fuerza y el más fuerte resultó ser Kittel que se dio un regalo particular al ser su cumpleaños.

Este lunes, será jornada de descanso-traslado, ya que el pelotón deja Irlanda para reiniciar la carrera, el martes, en la ciudad de Giovinazzo al sur de Italia y llegada en Bari, una jornada 121 kilómetros.