"Esto es una barbaridad", resumía ayer Fon García Galán, entrenador del Club Ximnasia Tempo, sobre la actuación de sus pupilas en el Campeonato de España de artística que se está disputando en Valladolid. Allí, María Míguez, que con 14 años es una de las más firmes promesas de este deporte, confirmó su progresión con la victoria en la general del nivel 4 mayores. El dominio de la coruñesa, que ya había sido oro del nivel 2 hace cinco años y subcampeona del 3 la temporada pasada, fue absoluto, con un concurso prácticamente inmaculado. Ganó con 2,700 puntos de ventaja sobre la segunda clasificada, tras ir de menos a más. En salto no clavó las recepciones, pero en paralelas recuperó el terreno con un bronce, y en paralelas y suelo ya no se bajó de la primera posición. En este último aparato, además, le acompañó en el podio su compañera Noelia Bacariza, segunda. Unas medallas que se suman a la que había conseguido el día anterior Helena García, campeona en salto en la categoría promogym 1.

María y Noelia habían arrasado en las competiciones del año. "Habían sido primera y segunda allá por donde íbamos", asegura su entrenador. Las últimas semanas, sin embargo, fueron un tormento. Ninguna de las dos llegaba en las mejores condiciones por culpa de unas inoportunas lesiones: en el caso de Míguez, en una pierna, y en el de Bacariza, en la muñeca. Encima, los médicos se equivocaron en el diagnóstico y las dolencias solo fueron a peor. Dolor y lágrimas fueron la constante en los entrenamientos previos, con un trabajo más psicológico que físico por parte de su técnico. "Tuve que tener muchas charlas con María para darle confianza, sabía que lesionada y todo, lo iba a hacer bien", explica. "Noelia lo tenía más difícil, porque no podía apoyar la mano. Vino con ilusión y ganas, pero iba a ser un milagro que lo pudiera hacer todo", añade García.

El talento natural de ambas les permitió suplir sus carencias físicas para terminar luciéndose en la cita más importante del año. Sobre todo, en aparatos como barra y suelo, donde más se pueden lucir. "Ellas se lo creen y tienen mucha presencia. Se lucen mucho con el artístico por la forma en la que hacen el baile, los ritmos y la seguridad y la confianza que muestran. Disfrutan del baile y hacen disfrutar al público", analiza. Como resultado, Noelia se coló segunda en suelo con "muchísimo mérito" y María arrasó en ambas con notas por encima de los doce puntos -"es muy difícil en estas categorías ver estas puntuaciones", aclara- para llevarse la copa de campeona de España con una diferencia de 2,700 puntos. "Es una barbaridad ya que se suele ganar por décimas", dice Fon García.

La coruñesa confirma una progresión que comenzó hace cinco años cuando se proclamó campeona de España del nivel 2, pero que se truncó cuando decidió dejar la gimnasia rítmica. La presión y exigirse demasiado la llevaron a un estado en el que, pese a su corta edad, dejó de disfrutar con lo que hacía. Compaginando la gimnasia con la natación sincronizada, regresó la temporada pasada y consiguió el subcampeonato nacional del nivel 3. Decidió dejar la piscina de lado y centrarse solo en el tapiz, con el premio del oro en el 4, que ya se le queda pequeño. Ahora el futuro pasa por su recuperación física al cien por cien para afrontar un importante salto de nivel. Subirá al siete, incluso al nueve, donde se afrontan ya ejercicios que se pueden ver en unos Juegos Olímpicos. Son palabras mayores. "Que descanse todo el verano, que disfrute, que se lo merece, como si tiene que estar cuatro o cinco meses", le recomienda el técnico. "No quiero arriesgar, y su cuerpo tiene que estar muy sano para afrontar tanta dificultad".

De nuevo, las limitaciones que ahora se les imponen son externas. "La instalación y las condiciones de entrenamiento nos limitan. No sacrificaré su salud ni la pondré en peligro", dice García Galán, que reclama mejoras: "Fuera de Galicia hay muchísimo nivel, con muchísimos gimnasios a los que el Ayuntamiento les ha proporcionado una sala y material, es decir, les ha hecho una sala perfecta para que ellos entrenen como quieran y solo un club por cada una de ellas". "El hecho de que nosotros podamos competir a estos niveles con ellos es una pasada. Esto es una barbaridad y para estar muy orgullosos de nosotros mismos", concluye el entrenador del Tempo. La calidad, el trabajo y la ilusión les sobran, y, hasta el momento, les llegan.