Cuando se inicia la temporada, y más si hay cambio de entrenador, la atención de los aficionados suele concentrarse en los nuevos fichajes y en el sistema de juego que adoptará el equipo bajo la nueva dirección técnica. Y este año en el Deportivo se dan las dos circunstancias. Los nuevos jugadores van llegando con cuentagotas porque el dinero es escaso y la necesidad de acertar mucha, ya que la viabilidad del club pasa por asegurar la permanencia en Primera División durante varias temporadas como mínimo. Y el esquema táctico está por ver como se despliega sobre el campo porque sobre la libreta del entrenador todas las combinaciones son posibles y todas buenas de antemano.

La única pista que tenemos sobre los planes de Victor Fernández son sus primeras declaraciones tras la toma de posesión. En una de ellas apuntó su interés porque la pelota viaje a ras de césped, con pases cortos, y combinaciones tan rápidas como seguras. Y en otra, puso como modelo a seguir al Rayo Vallecano de Paco Jémez, aquel que fue bravo defensa blanquiazul en los tiempos gloriosos. Un equipo, el madrileño, que pasó por enormes apuros económicos tras la desastrosa gestión de la familia Ruiz Mateos, pero que consiguió salir del pozo a base de sacrificio, economía de guerra y contrataciones acertadas hurgando en la inmensa reserva de jugadores preteridos o despreciados por otros clubes con más dinero o con más atrevimiento para sacar los pies del plato y fichar a capricho. El modelo que alaba el nuevo entrenador, pese a su modestia, es bueno, y en los tres años que lleva Jémez en el banquillo vallecano ha acreditado una línea de juego que sin dejar de ser atractiva ha demostrado ser eficaz pese a que cada temporada ha de afrontar una renovación amplísima de la plantilla.

Es posible que a algunos aficionados blanquiazules les produzca una cierta desilusión que el modelo a seguir en este momento sea el modesto conjunto de Vallecas, pero a ese nivel hemos llegado. Los tiempos aquellos en que el modelo de juego era importar como referente el rombo del Palmeiras trayéndose de Brasil a precio de oro a Rivaldo, Djalminha, Flavio Conceiçao y Luizao han terminado. Ahora las aspiraciones son más terrenales y hemos de acostumbrarnos a sobrevivir. Que no es poco.