El Liceo busca volver a la final de la Copa del Rey once años después de su última aparición en el choque definitivo del torneo. La última vez que lo consiguió, en 2004, se trajo el trofeo para A Coruña desde Jerez de la Frontera. Para acceder al duelo de mañana deberán superar antes un duro test a partir de las siete y media frente al Vic.

Se espera un enfrentamiento con dos planteamientos bien diferenciados. Por una parte, el cuadro verdiblanco tiene uno de los ataques más potentes de todo el continente encabezado por Josep Lamas y Toni Pérez, secundados a la perfección por la calidad de Jordi Bargalló y la potencia de Eduard Lamas. Además, en la recámara, Oriol Vives, que en cuartos de final marcó dos goles, y César Carballeira, que también vio puerta ante el Cerceda.

Pero el potencial ofensivo herculino tendrá una prueba de fuego ante el segundo equipo que menos tantos encaja en la OK Liga. El Vic apuesta por partidos con resultados cortos en los que las defensas se imponen a los ataques, pero tampoco está corto de efectivos a la hora de mirar a la portería contraria y la mayoría de sus jugadores tienen facilidad de cara al gol. El conjunto barcelonés sufrió en el inicio ante el Vendrell, pero se rehizo y demostró ser un equipo bien armado y con pocas fisuras. Brilló especialmente el coruñés David Torres, que hizo los tres primeros tantos ante los tarraconenses y fue una pesadilla para la zaga rival.

Con un choque de estilos tan diferenciado, se prevé que la efectividad en las jugadas de bola parada sea vital. En cuartos de final, el conjunto verdiblanco tuvo a su favor dos penaltis, uno de ellos lo anotó Jordi Bargalló, y dos faltas directas, de las que Eduard Lamas anotó una.

El Liceo está a un solo paso de alcanzar una nueva final, la segunda de la temporada tras la de la Supercopa, pero una distancia tan corta a veces se vuelve demasiado larga si no se empieza con la mentalidad necesaria. Ante el Cerceda, los liceístas salieron muy fuertes y dejaron sin opciones a los rojiblancos casi desde el inicio. Un comienzo similar podría ser una buena manera de acercarse al encuentro definitivo por el título.