Por una vez, las Suzuki han dejado de estar a la estela de las Honda y las Yamaha y han abandonado el tercer lugar de ese podio de marcas niponas, gracias a la perseverancia de Aleix Espargaró y de Maverick Viñales, quienes ayer dieron lo mejor de sí mismos para marcar los mejores tiempos en MotoGP.

Hoy les acompañará desde la primera línea otro español, el mallorquín Jorge Lorenzo, quien lo tiene todo a su favor para desbancar de la primera plaza del Mundial a Valentino Rossi, que como viene siendo habitual últimamente no completó una buena sesión de entrenamientos y saldrá séptimo, desde la tercera línea.

Dependiendo de cómo vaya la carrera, el éxito de las Suzuki es innegable. Llegaron a Barcelona con un buen motor, ya partían de una buena base de chasis -seguramente el mejor de MotoGP- y su aerodinámica progresa adecuadamente.

"Ha sido increíble, he apretado al máximo y casi me caigo en la última curva. El equipo ha hecho un gran trabajo para traer mejoras en la moto. Esta pole es un regalo para Suzuki, a ver si podemos luchar por el podio", manifestó Aleix Espargaró nada más bajarse de su moto.

Espargaró ha visto cómo en algunos momentos de la calificación el sueño de conseguir la pole -ya había conseguido una la temporada pasada en Assen, pero entonces fue sobre mojado- se desvanecía ante la competitividad mostrada tanto por Marc Márquez -al final cuarto mejor tiempo- como por Jorge Lorenzo.

Pero al final arriesgó y le salió bien. Este piloto de medidas inusuales (1,80 metros), piernas larguísimas y sonrisa fácil, es la gran apuesta del equipo de Hamamatsu, que tutela Davide Brivio.

Brivio es el hombre que convenció a Valentino Rossi para abandonar Honda y fichar por Yamaha. De eso hace mucho, once años. Ahora Brivio es el encargado de gestionar el regreso de Suzuki y de evolucionar la GSX-RR a lo más alto, algo que no ocurre desde aquella atípica temporada que Kenny Roberts Jr. la llevó a lo más alto en 2000.

La fórmula funciona. Aleix Espargaró tiene hambre, Brivio la capacidad de gestionar el éxito y el tercer componente es el rookie del año. Maverick Viñales es todo ímpetu, se siente en el lugar y el momento adecuado. Hoy ha sido segundo a 73 milésimas de su compañero. Aún no se lo cree.

"No me lo creo. Es mi primer gran resultado. Tenemos mañana una buena oportunidad, hemos dado nuestra mejor versión e intentaremos hacerlo mejor, será difícil pero daremos lo máximo", destacó Viñales.

Más allá de la sorpresa de Suzuki, había muchas más cosas en juego. Primero la rivalidad entre las Yamaha, de la que salió victorioso Lorenzo. Valentino Rossi arrancará desde la tercera. Entre ambos está el juego la primera plaza del Mundial.

Después saber si en Montmeló se producía una reacción del campeón, Marc Márquez, y de su Honda. El de Cervera compitió y saldrá desde la segunda línea, que compartirá junto a la Ducati de Andrea Dovizioso y la Honda de su compañero Dani Pedrosa.