Cuenta Montserrat Seara, esposa de Rafa Benítez, que en su primera cita el actual entrenador del Madrid le explicó qué era un 4-4-2. Allí, en plena pizzería, Benítez escribió sobre el mantel a cuadros las claves del sistema táctico más universal. Es el técnico un enamorado de la pizarra. Sus primeros pasos en el Madrid, las primeras citas como entrenador, han estado presididos por el orden. El equipo blanco intenta transformarse en un conjunto más trabajado, más sujeto al esquema que en etapas anteriores. Menos alegre, también.

Benítez ha tardado tres partidos en mostrar sus cartas. Nadie en la casa blanca esperaba una revolución con la llegada del nuevo técnico. Ni mucho menos. La idea es aprovechar el trabajo exitoso de Ancelotti en algunas áreas y sumarle el trabajo táctico más exigente del nuevo entrenador. José Ángel Sánchez, mano derecha de Florentino Pérez, habría convencido al presidente con ese argumento. "Busco un Madrid que ataque tan bien como los últimos años y que defienda un poquito mejor", señaló Benítez nada más aterrizar en Australia como aproximación a su idea de juego.

Con solo un par de semanas de exposición ante las cámaras, Benítez ya ha dado muestras de qué se puede esperar de su Madrid. Una primera pista llega con los números: el nuevo equipo blanco ha recibido un gol (de penalti) en los tres partidos disputados hasta la fecha ante Roma (0-0), Manchester City (4-1) e Inter (3-0). En los 270 minutos jugados solo le han rematado 27 veces, de ellas once a portería.

Todo parte del 4-2-3-1 que ha sido capital desde sus primeros pasos en los banquillos. En anteriores destinos, el doble pivote estaba caracterizado por la presencia física y la habilidad táctica. Benítez siempre ha apostado por jugadores con capacidad defensiva que den equilibrio al equipo. Aquí llega una de las decisiones más trascendentales del técnico y que demostrarán su grado de adaptación al medio. Modric y Kroos, que no son precisamente ejemplos del trabajo defensivo, parecen un par de pasos por delante del resto de pivotes. Casemiro apunta a alternativa a lo largo de la temporada pero parece complicado que pueda desbancar al alemán y al croata. Illarra y Lucas Silva aparecen en un marcado segundo plano.

Bale es la gran incógnita. Muchos señalan al galés como causa del despido de Ancelotti. El extremo salió tocado de la temporada pasada, en la que se le vio demasiado ausente en los momentos más importantes. Florentino Pérez vio en su bajo rendimiento la ausencia de soluciones de Ancelotti. La primera decisión llamativa de Benítez ha sido la de probar con el galés por el centro, como media punta. Asegura que ahí gana en participación, que se puede sentir importante y evitar que se apague en una banda. Sus genes de velocista pasan a segundo plano a favor de una mayor participación en el juego. Queda por ver su éxito o fracaso en citas con más peso.

Arriba, Benítez busca alternativas a Benzema. El galo es el único delantero puro que tiene en su plantilla y el club no parece por la labor de bucear en el mercado para buscarle un compañero. El galo se ha impuesto a Morata y Chicharito en las dos últimas temporadas y espera competidor. Ahora, la solución ha sido tirar de ingenio. Jesé, que tras su grave lesión se ha convertido en un futbolista más fuerte aunque con menos chispa, está probando como nueve alternativo con buenos resultados. Se le ve cómodo con el rol.

Cristiano es otro mundo. Su hábitat inicial es la banda izquierda con libertad absoluta para moverse por todo el frente de ataque. El nuevo sistema ofensivo también tiene reflejo en la estadística: los siete goles del Madrid este verano tienen una firma diferente: Benzema, Cristiano Ronaldo, Jesé, James, Pepe, Varane y Cherishev.