Rafa Nadal inicia hoy la gira norteamericana que el pasado agosto se perdió por lesión con su debut en el torneo de Montreal, sexto Másters 1.000 de la temporada, ante el ucraniano Sergiy Stakhovsky, a tiempo de enderezar el rumbo y regalarse un final de año que le devuelva el estatus de la última década, con el US Open y la cita de Maestros en Londres como mayor acicate.

Comenzó todo el año pasado por estas fechas. Una lesión de muñeca dejó a Nadal sin jugar esta cita de Canadá ni en el inmediato Másters 1.000 de Cincinnati. Por si fuera poco, el balear no pudo tampoco defender título en el US Open. Aquellos puntos que no pudo defender y, sin duda, un 2015 que no ha salido como esperaba, tienen al de Manacor en el noveno puesto del mundo.

Ahora, Nadal tiene la oportunidad de desquitarse primero de la ausencia hace un año en la superficie dura americana y, segundo, de aprovechar un nuevo impulso como la victoria hace dos semanas en Hamburgo para estabilizar un año de sinsabores.

El ganador de catorce Grand Slam tiene hoy un debut a priori sencillo ante Stakhovsky, contra el que solo ha jugado una vez con victoria hace dos años en Copa Davis, sobre tierra batida, y después podría medirse al francés Gilles Simon, un rival ya de nivel. Una toma de contacto para la que ayuda su estreno ya con victoria en dobles, junto con Fernando Verdasco, pero que sin duda tiene que ser una adaptación perfecta para lo que se avecina después ya que por el lado bajo del cuadro, a Nadal le esperarían unos cuartos de final ante Kei Nishikori y unas semis contra Andy Murray.

Dos veces ganador en Montreal y una tercera en Toronto, Nadal inicia la reconquista americana con 4.000 puntos por delante y mucho trabajo por hacer. No solo encontrarse a sí mismo en la superficie más exigente para su juego y mostrar la fortaleza mental que recordó en Hamburgo, sino alcanzar un nivel que le permita pelear con los mejores tenistas del momento.