Carolina Marín, flamante bicampeona del mundo de bádminton tras revalidar este domingo en Yakarta su título individual, señaló en conversación telefónica con EFE que a sus 22 años no tiene límite, y que espera dar guerra hasta el día en que se retire.

"El título es una recompensa a todo el sacrificio que hay detrás de mi trabajo día a día para llegar arriba", señaló la deportista onubense, que tres horas después de ganar en la final a la india Saina Nehwal, por 21-16 y 21-19, no había tenido tiempo aún para ducharse atendiendo a los medios de comunicación.

"No tengo límites, seguiré luchando por los títulos hasta el día que me retire", comentó Marín, que destacó el trabajo de su equipo, de su entrenador, Fernando Ribas, y de su psicólogo, Pablo del Río, a quienes dedicó el triunfo. "Somos los mejores del mundo y les quiero dar a ellos las gracias, porque gracias a ellos estoy donde estoy", dijo.

"Los primeros partidos fueron los más complicados, sobre todo el primero", dijo sobre el mundial. "Llevaba dos meses sin competir por la lesión del pie, y no estaba segura de venir. La lesión me preocupaba bastante porque se produjo a poco tiempo del mundial, pero lo he superado hablando con mi psicólogo", comentó.

"La clave ha sido no venirme abajo", dijo Carolina sobre el segundo juego, donde tuvo que superar seis puntos de desventaja ante Nehwal. "Pensé en lo que tenía que hacer, en mejorar y en disfrutar del partido", añadió la deportista, que ahora se tomará unos días de descanso en Ibiza para preparar a continuación el próximo torneo en Japón.

La jugadora dijo que tenía lleno su teléfono móvil de mensajes de felicitación. "De momento me ha sido imposible leer todos, y contestarlos", dijo.

Carolina admitió que se sintió algo sorprendida cuando sonó el antiguo himno nacional con letra de José María Pemán, tras la entrega de medallas. "Me he sorprendido un poco, pero solo quería disfrutar de mi podio y de mi medalla de oro", comentó sobre el error de la organización del mundial, que luego pidió disculpas a la deportista.