El juez único de Competición de la Federación Española de Fútbol (RFEF) acordó ayer sancionar con cuatro partidos de suspensión al jugador del Barcelona Gerard Piqué, que fue expulsado en el partido de vuelta de la Supercopa de España por insultar a un juez de línea. El conjunto azulgrana, por su parte, anunció que presentará un recurso ante el Comité de Apelación por dicha sanción.

Según reflejó el colegiado Velasco Carballo en el acta, Piqué fue expulsado con roja directa en el minuto 55 de partido por insultar y "gritar a un árbitro asistente", tras recriminarle que no señalara un fuera de juego del jugador del Athletic Aritz Aduriz.

La resolución del juez, por vulneración del artículo 94 del código disciplinario de la RFEF, incluye una multa accesoria de 1.400 euros al club y otra de 3.005 al propio futbolista.

La entidad azulgrana cuenta ahora con un plazo de diez días para recurrir la sanción. En el recurso, según adelantó el Barça, "se reiterará que el jugador, tal y como él ha manifestado repetidamente, no se dirigió al árbitro asistente en los términos que el árbitro Velasco Carballo redactó posteriormente en el acta arbitral". El propio Gerard Piqué pidió disculpas por la expulsión, desde su perfil de Twitter, al reconocer que la actitud con la que protestó al asistente "no fue la correcta", aunque negó haber empleado "ningún tipo de insulto hacia su persona".

En cualquier caso, y salvo que el Comité de Apelación rebaje la sanción, Piqué se perdería los partidos de Liga ante el Athletic, Málaga, Atlético de Madrid y Levante. La baja del central azulgrana es especialmente sensible el próximo domingo, ya que el técnico del Barcelona, Luis Enrique Martínez, solo podrá contar, en principio, con cuatro defensas para San Mamés puesto que Douglas, Adriano y Jordi Alba están lesionados y Mathieu también será baja por sanción, pues cumplirá en Bilbao un ciclo de tarjetas de la temporada pasada.