Elena Pérez nunca se ha separado de sus patines y su stick. Cumplió 20 años en mayo y ya ha vestido las camisetas de Liceo, Borbolla y Dominicos. Pero lejos de evolucionar, la joven se ha encontrado con ciertos obstáculos que le han hecho dejar de creer en el hockey. "Aquí en Galicia no tenemos nada, incluso me planteé dejarlo. Ya no disfrutaba", confiesa. A su puerta ha llamado el Girona de OK Liga femenina, dispuesto a devolverle la ilusión.

"No me lo esperaba, me sorprendió muchísimo. No sé ni cómo el entrenador contactó conmigo. Creo que me vio en Borbolla", explica. Es una llamada que Elena lleva esperando "toda la vida". Sin embargo, no llegó en el mejor momento. Estudiante de INEF, le habían concedido una beca para estudiar todo el año en Río de Janeiro. "Yo ya no me esperaba nada del hockey, ya lo había asumido y me quería ir a Brasil". Pero de nuevo su vida dio un giro, siempre con el hockey como norte. "Allí hay huelga y los papeles se estaban retrasando mucho así que decidí decir 'sí' al Girona", cuenta.

"Tengo ganas de jugar en una liga buena", recalca. Se quedó con ganas después de que el Dominicos les prometiese a ella y a sus compañeras que si eran campeonas de liga, ascenderían. "Ganamos y al final nos dijeron que ni subíamos ni se hacía equipo".

De un día para otro, Elena se quedó sin club. Pero la situación no le sorprende. "En Cataluña la gente se lo toma en serio. Aquí van dos personas a entrenar y nos dirige el entrenador que sobra. Somos siempre lo último", denuncia la joven, que cree que Galicia debería seguir los pasos de los clubes catalanes. "Allí las niñas empiezan a patinar con tres años y todos lo fines de semana se organizan amistosos o torneos. Se le da muchísima importancia al femenino". Sin embargo, en el hockey gallego es más difícil evolucionar. "A lo mejor de pequeña jugando con niños avanzas, pero llegas a un edad en la que no hay nada más. Eres tú y lo que tu cuerpo aguante".

Este fin de semana hará las maletas para el domingo viajar a su nueva casa. El martes empezará los entrenamientos. "Ya me pusieron una dieta y ejercicios para antes de la pretemporada. Se ve que la gente se implica", analiza.

No le importa admitir que se le "cae la baba por jugar en Cataluña". Estudiará INEF a distancia y buscará un trabajo que le permita prolongar su sueño. "Es un cambio de vida total pero espero que vaya bien. Es una experiencia".