Uno de los nombres del último año ha sido el de Xavi Hernández, que decidió marcharse al fútbol de los Emiratos. Imposible entender al Barcelona de los últimos tiempo sin él, un símbolo que resume una manera de jugar.

El argentino camina con paso firme hacia su quinto Balón de Oro gracias a sus asombrosas prestaciones en la segunda parte del campeonato pasado. Da la impresión de que cuando Messi se decidió a ganar la Liga y todo lo que se cruzase en su camino se acabaron las dudas hacia la plantilla, el entrenador, la directiva...Messi, que agradeció el descanso que Luis Enrique le dio en algunos momentos de la temporada, acabó el año como un tiro y su papel en Liga, en la final de Copa contra el Athletic o en el tramo decisivo de la Liga de Campeones vuelven a confirmarle como el mejor jugador del mundo con abismal diferencia sobre el resto. Messi hace tiempo que no compite contra Cristiano. Lo hace contra Di Stéfano o Maradona. En esta nueva temporada su ambición parece intocable y una vez más y por muy buena plantilla que tenga el Barcelona, el éxito del proyecto depende por encima de todo de lo que sea capaz de hacer él.