El líder del Mundial, Lewis Hamilton (Mercedes), ganó el Gran Premio de Bélgica liderando la carrera de principio a fin por delante de su compañero alemán Nico Rosberg, mientras que la estrategia a una parada de Sebastian Vettel (Ferrari) fue demasiado para sus neumáticos, que no le permitieron llegar al podio.

Trigésimo novena victoria para Hamilton, que comienza a llamar a la puerta de los elegidos como el brasileño Ayrton Senna (41 victorias, las mismas que tiene Vettel) y no dio prácticamente opciones a su compañero y rival. Apenas Rosberg se acercó durante el coche de seguridad virtual -algo que no estaba permitido y rápidamente Hamilton denunció al equipo por radio- y en las últimas vueltas.

Si Hamilton tenía problemas al salir con Sergio Pérez (Force India), quien finalmente fue quinto, lo de Rosberg parecía un desastre cuando ya en recta de salida se veía adelantado tanto por el mexicano como por el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull) y por el finlandés Valtteri Bottas (Williams).

Por detrás, el español Fernando Alonso (Ferrari) también se divertía en la salida eligiendo la zona izquierda de la pista y pasando del último al decimosegundo lugar. Seis posiciones a su favor, debido a que tanto el alemán Nico Hülkenberg (Force India) como el español Carlos Sainz (Toro Rosso) tuvieron problemas en la vuelta de instalación y se fueron a los garajes.

Sainz salía con una vuelta perdida y tenía que dejarse adelantar por todos los coches para ocupar la última posición de la carrera; mientras que Hülkenberg ni siquiera lograba entrar en la pista.

Los primeros cambios de neumáticos fueron en torno a la vuelta ocho. Los dos Mercedes lideraban, seguidos por los dos Ferrari del alemán Sebastian Vettel y del finlandés Kimi Räikkönen. Rosberg y Hamilton decidieron cambiar las ruedas seis vueltas más adelante, lo que dejaba a Vettel delante temporalmente, hasta una vuelta después que decidió hacer la suya. La nota curiosa del primer repostaje la dejaba el equipo Williams con Bottas, que salía de los garajes con tres ruedas blandas (reconocibles por la línea amarilla) y una media (blanca), lo que le acarreaba una sanción de paso por talleres y el cambio de ese neumático mal colocado, y daba al traste con sus aspiraciones al podio.

En el ecuador de la carrera, los dos Mercedes consumaban la escapada, con tres segundos de diferencia entre ellos pero una diferencia ya de 14 entre el alemán y el tercero, Sergio Pérez. En la vuelta 21, el australiano Daniel Ricciardo se quedó parado en la frenada anterior a la entrada de los garajes, su coche se apagó y tuvo que ser retirado por los mecánicos. Aprovecharon esta circunstancia la mayoría de los pilotos para cambiar sus neumáticos, con la idea de aguantar las 22 vueltas restantes, siempre que no hiciera aparición la lluvia

Vettel, que optó por una estrategia de una sola parada, era de nuevo el más beneficiado, aupándose hasta la tercera posición en detrimento de Grosjean, Kvyat y Pérez. Hasta la vuelta 31 no repostó Hamilton, mientras que Rosberg lo hacía una vuelta más tarde.

Alonso seguía combatiendo con muchas dificultades ante los Sauber, que en recta eran mucho más rápidos que el motor Honda. Con Vettel estirando su juego de neumáticos medios hasta el final, las últimas vueltas en Spa se concentraron en el duelo entre el tetracampeón austríaco y el francés Grosjean.

La estrategia de Ferrari se reveló errónea en la penúltima vuelta, cuando la goma trasera derecha de Vettel dijo basta y reventó, dejando al alemán vendido. Grosjean veía cómo se aseguraba el puesto en el podio.