La clara victoria ante el Shakhtar Donetsk se ha visto ensombrecida en el Madrid por las lesiones de Bale y Sergio Ramos. Tampoco pudo acabar el partido de Liga de Campeones Varane, como medida de precaución al sufrir un golpe en un tobillo, pero el problema del defensa francés no tiene mayores consecuencias, hasta el punto de que estará a disposición de Rafa Benítez para el próximo partido, el sábado, ante el Granada.

Peor lo tienen el capitán y el galés. A Sergio Ramos se le ha diagnosticado una luxación en su hombro izquierdo de grado 2, por lo que va a ser baja el sábado. El objetivo médico es que esté recuperado para el siguiente partido, el miércoles que viene ante el Athletic, en San Mamés, aunque tampoco extrañaría que no llegase a tiempo. Sergio Ramos se lesionó al caer tras sufrir una dura entrada del ucraniano Stepanenko, que le costó a éste su segunda tarjeta amarilla y la consiguiente expulsión.

A Bale se le hará hoy una resonancia magnética para determinar el alcance de su dolencia. El galés fue sustituído al quejarse de un pinchazo en el gemelo de la pierna izquierda. Las primeras estimaciones hablan de rotura fibrilar, con lo que estaría un mes fuera de los terrenos de juego.

Las preocupaciones que conllevan estos percances contrastan con la alegría por la última trayectoria del equipo, con unos resultados espectaculares: 5 goles al Betis, 6 al Espanyol y 4 al Donetsk, en ningún caso con gol en contra. Al Madrid sólo se le ha resistido hasta ahora el Sporting, lo que debe hacer sentirse a los rojiblancos mucho más orgullosos del empate en El Molinón incluso de lo que ya se sintieron aquel día.

En las últimas goleadas el protagonista individual absoluto ha sido Cristiano Ronaldo. El portugués lleva ocho goles en dos partidos. Con los cinco goles ante el Espanyol ya se convirtió en el maximo goleador histórico del Madrid en la Liga, superando a Raúl. No es la única marca que está a punto de perder el delantero español a pies del luso. Ronaldo está a un gol de igualar a Raúl como máximo goleador del Madrid en todas las competiciones.

El portugués devora récords como si nada. Su impresionante facilidad para marcar goles está alimentada por una ambición ilimitada, de ahí que celebre cada gol como si fuese el más crucial de su carrera, o pida penalti cuando es evidente que el contrario no lo comete, como ocurrió el martes en el partido de Liga de Campeones. La transformación de esa pena máxima, supuestamente por mano, cuando el balón pegó en realidad en la espalda, fue el primero de sus tres goles.