Una actuación estratosférica de Pau Gasol (40 puntos y 11 rebotes) fue decisiva para que España venciera ayer a Francia en la prórroga por 80-75, devolver a los actuales campeones de Europa la moneda del pasado Mundial de España, se clasificara para la final y obtuviera el billete directo para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

A falta de 16 segundos para el final del tiempo reglamentario, Sergio Rodríguez anotó el 66-63 y un triple de Nikolas Batum igualó a 66. En la prórroga, Pau Gasol, volvió a emerger para anotar los ocho últimos puntos y meter a España en la final, en los Juegos y en el cielo.

Bien en defensa y mal en rebotes y en ataque. Así comenzó el equipo español su puesta en escena. Sergio Llull comenzó a bailar con la más fea, es decir, con Tony Parker, haciendo un trabajo excelente. Se trabajó mucho y bien atrás, pero no hubo suerte en los rebotes y menos aún en los triples, bien tirados y que no quisieron entrar para acabar el cuarto con 1 de 7, gracias a que Sergio Rodríguez acertó en la última posesión.

Gasol mantuvo al equipo en la anotación y la entrada del Chacho dio a la selección española otro aire, además de ayudar con 5 puntos. España pasó su primera crisis (parcial de 6-13 en el minuto 5:45) y la solventó con cierta tranquilidad para concluir el primer cuarto con un 17-20.

El plan general español era no permitir ventajas importantes a Francia, mantenerse en el partido en todo momento y dejar que los franceses se fueran desgastando.

En el segundo periodo y con Pau Gasol en el banquillo por descanso, la zona defensiva con un coloso llamado Felipe Reyes funcionó hasta el minuto 24 (22-27). Fue otra minicrisis que el equipo solventó aumentando la dureza en defensa.

La vuelta de Pau y dos triples de Rudy Fernández y Sergio Llull, junto a una defensa más ajustada, comenzaron a dar sus frutos. España se adelantó en el marcador (32-31 min.18) y acabó el cuarto con ventaja (15-13). El global al descanso (32-33) seguía dentro de los parámetros ideados por el seleccionador Sergio Scariolo.

La defensa sobre Parker funcionó y Nando de Colo y Mickael Gelabale fueron los máximos anotadores galos con 7 puntos cada uno. En rebotes se redujo la sangría, pero siguieron siendo favorables a los locales con 9-13.

Un triple de Nikolas Batum y la contestación de Nikola Mirotic, muy apagado, hasta ese momento, inauguraron el tercer cuarto.

El equipo español intentó seguir siendo fiel a la hoja de ruta marcada: no dejar que el marcador se abriese y responder cada canasta, cada defensa, cada acción.

Francia volvió a dar otro pequeño estirón en el marcador (39-44, min. 25:40) con la mala noticia de un triple de Parker. La ventaja se amplió hasta 40-51 (min. 27:50 con dos triples de Joffrey Lauvergne, uno de ellos a tablero. La crisis llegó corregida y aumentada y la selección española apenas pudo corregir el marcador hasta el 48-56 final del tercer periodo.

Con Pau Gasol como único referente en ataque, España se volvió predecible y falta de amenazas en ataque ante un selección francesa con más fuentes de puntos y que contó con el factor suerte a su favor en más de un momento puntual.

Con diez minutos por delante y una desventaja de 8 puntos, España salió dispuesta a defender a muerte sus opciones. La zona defensiva cumplió su papel, pero en ataque siguieron los problemas y los puntos llegaron a cuentagotas, 52-58 (min.32.15).

De Colo aumentó la efectividad francesa desde el triple al cincuenta por ciento. Cuando comenzaba a esfumarse el sueño olímpico, por la vía directa, y el pase a la final (52-61, min. 33.45), el equipo español consiguió un parcial de 10-0 en 4 minutos que le devolvió la vida (62-61, min. 37.30). Ahí apareció, otra vez más, Pau Gasol para sostener al equipo, y también Chacho, que puso el 66-63 en el luminoso. Batum hizo el empate a 66. En la prórroga contó todo: la presión, los nervios, la tensión que se cortaba, las decisiones arbitrales. España supo sufrir, supo volver a encontrar a un Pau Gasol galáctico y, sobre todo, supo ganar. Llegó a la misma situación, con 18 segundos por delante y tres puntos de ventaja (78-75). Una falta discutible sobre Batum le dio tres tiros libres, pero ahí se acabó la suerte francesa. Falló los tres y Pau remató la faena con un mate las puertas de la historia.