El eslovaco Peter Sagan se consagró en Richmond (Estados Unidos) con el maillot arcoíris que le acredita como campeón del mundo, título que le volvió a resultar esquivo al español Alejandro Valverde, quien hubo de conformarse con la quinta plaza.

Un triunfo incontestable para Sagan, de 25 años, quien con el mayor éxito de su carrera ya puede enterrar para siempre su apodo de Segundo, ya que en las pruebas grandes se queda a menudo a las puertas de la victoria.

En la capital de Virginia se encaramó a la cima el ciclista de Zilina, quien supo jugar sus cartas en el momento de la verdad, y éste se presentó a 2,8 kilómetros de meta, cuando atacó y sorprendió a sus rivales. Abrió una pequeña brecha, pero fue suficiente. Se lanzó a muerte en el último descenso, aguantó el pequeño repecho de acceso a la recta de llegada y alzó los brazos al cielo.

Así abrió el arcoíris el corredor del Tinkoff, quien tuvo tiempo para saborear el triunfo. Por detrás llegaba el australiano Michael Matthews como medalla de plata y el lituano Ramunas Navardauskas con el bronce.

Tampoco hubo manera para Valverde de lograr el ansiado oro. El murciano no estuvo en el salto de Sagan, cedió terreno y luego no pudo reaccionar. Un quinto puesto, que con su palmarés, no le sabe a nada. Otra oportunidad que se escapa, en el mismo país donde alcanzó su primera medalla, la plata en aquel Mundial de Hamilton 2005.

En el resto del equipo español, Dani Moreno entró en el puesto 27, Luis León Sánchez en el 30, Juan José Lobato el 52 y Jon Izagirre el 56. Se retiraron Purito Rodríguez, Imanol Erviti, Rubén Plaza y Lluis Mas.

Carrera loca en la última vuelta al circuito, con el grupo principal en fila de uno, ataques constates y réplicas inmediatas. El holandés Dumoulin lo intentó, pero ya se había instalado un "sálvese quien pueda" que trató de controlar la escuadra italiana. Un zafarrancho anárquico en el que Sagan pescó a río revuelto.