Sin Messi y con Iniesta de camino a la enfermería -se retiró lesionado-, el Barcelona remontó un partido imposible contra el Bayer Leverkusen, que llegó a comandar el choque hasta que dos golpes de genio de los azulgranas, de Sergi Roberto y Suárez, dieron la vuelta al marcador.

El Barça no fue mejor que el Leverkusen, pero sacó adelante un partido que le permite colocarse líder del grupo y encarar con otro ánimo la tercera jornada, después de que hasta el gol de Sergi Roberto pocos en el Camp Nou pensaban que su equipo iba a ser capaz de superar a un rival que parecía estar muy firme en el césped.

El partido se le puso complicado al Barcelona en el primer tiempo, en el que los peores augurios se cumplieron y el Leverkusen ahogó a los barcelonistas, hasta el punto de descolocarlos cada vez que tenían que comenzar una jugada desde la zaga.

Con hombres encima de Piqué y Mascherano y con marcajes cercanos a los tres centrocampistas, al Barcelona le costaba arrancar con el balón desde su campo y en muchas ocasiones buscaba el pase largo hacia algún delantero, que por costumbre recibía de espaldas.

El Barcelona no tenía pausa en el centro del campo. Hace tiempo que tampoco la persigue bajo el mando de Luis Enrique, pero ante un equipo tan físico como el alemán, no pudo o no supo dar circulación al esférico con calma.

El Barça se las deseaba para sacar el balón y antes del minuto 20 pudo haber comprometido la meta de Ter Stegen por el agobio al que sometían los delanteros del Bayer a la primera línea culé.

En el 22 se le complicó del todo el partido, cuando en un saque de esquina de Calhanoglu, Papadopoulus metió la cabeza lo suficiente para sacar provecho de la falta de concreción de un despistado Mathieu y una salida poco decidida de Ter Stegen (0-1).

El portero del Barcelona se redimió de ese nuevo error en un balón por alto, como sucedió hace unos días en el partido contra el Levante, y realizó una gran intervención ante Bellarabi, que en el minuto 35 se había zafado de Piqué, hasta dejarlo en el suelo tras un recorte.

La apuesta de Luis Enrique Martínez para el segundo acto llevó a Sandro y Suárez a jugar más juntos, Neymar de media punta, y las bandas libres para que Mathieu y Alves las subiesen. Detrás, Piqué Mascherano y en el centro Busquets, para tener mejor pase hacia Rakitic e Iniesta.

En el minuto 14 del segundo tiempo, el Barcelona volvió a sufrir un nuevo revés, como ya le pasó el sábado pasado cuando se lesionó Messi, al caer Iniesta, quien en una acción sin balón en la frontal del área alemana sintió un pinchazo, se dejó caer y solicitó el cambio.

Sin uno de los mejores jugadores hasta entonces, el Barcelona se resintió aún más en la creación y las aproximaciones a la meta alemana volvieron a caer más por contragolpes esporádicos que de un dominio real del centro del campo.

A falta de un cuarto de hora, sin Rakitic en el campo, el Barça empezó a tener mayor presencia hasta ver el gol en el minuto 80, en un disparo raso de Munir que el meta no atajó y Sergi Roberto marcó echándose al suelo (1-1).

La locura de los barcelonistas se desató a los dos minutos, en una gran jugada de Munir, con recorte a un defensa y pase raso a un Luis Suárez que tuvo claro cómo encañonar el balón y enviarlo a una escuadra.