Un zurdazo del argentino Nico Gaitán, el del 1-1 en el minuto 36, transformó un partido que era del Atlético de Madrid y que terminó con triunfo del Benfica, concreto cada vez que pisó el área contraria para batir al equipo rojiblanco, potente en el inicio, apagado con el 1-1 y doblegado después con el 1-2.

Lo marcó Gonçalo Guedes, al contragolpe, en el minuto 51, al culminar un centro desde uno de los costados, el lugar desde donde se le escapó defensivamente el encuentro al conjunto madrileño, que antes, en los primeros 20 minutos, dispuso de ocasiones de sobra para haber sentenciado tres puntos de los que le apartó Gaitán.

Inimaginable con la puesta en escena del Atlético, que arrancó como ese equipo intenso que empuja a su adversario atrás, con una presión asfixiante para su oponente, con un omnipresente Gabi como señal para apretar el acelerador en el robo de la pelota y con el añadido de la circulación de balón y un montón de oportunidades.

Porque el conjunto rojiblanco, hoy de azul marino, con su segunda equipación, tramitados los primeros instantes de tanteo arrinconó por momentos, en los 25 minutos iniciales, al Benfica, superado en un tramo imponente del Atlético, dispuesto a derribar sí o sí a su contrincante, pero rehecho después cuando parecía noqueado.

Al esfuerzo incansable, a la ambición y al rendimiento colectivo del Atlético todo ese tiempo, más el gol del argentino Ángel Correa, de volea en el minuto 22 en una jugada que abrió y cerró él, tras un centro desde la banda de Juanfran Torres y un formidable pase de primeras del francés Antoine Griezmann, respondió después su rival.

El partido había sido hasta entonces propiedad del Atlético y de Correa, que descubrió más regates de su infinito repertorio, repleto de fútbol, mucho fútbol, hasta unos minutos más allá del 1-0, hasta que el Benfica encontró en un centro desde la derecha el empate, ejecutado por un zurdazo en el segundo palo de un solitario Gaitán.

Era el minuto 36, la tercera ocasión del Benfica, la segunda realmente clara, y un mazazo para el Atlético, que había tenido muchas más oportunidades en todo el primer tiempo, tres falladas por el colombiano Jackson Martínez, una de ellas con todo a favor, pero que se marchó al intermedio empatado y desenfocado del encuentro.

Por el inesperado 1-1 y por el lanzamiento de bengalas desde la grada de aficionados del Benfica hacia seguidores del Atlético y al terreno de juego; un parón al partido, pero también un frenazo para todas las buenas sensaciones anteriores del equipo madrileño, más aún cuando el inicio del segundo tiempo adelantó al conjunto luso.

En el segundo palo, con un buen toque cruzado con la derecha al otro poste y fuera del alcance de Jan Oblak remató el 1-2 Gonçalo Guedes. Ya había cambiado antes el encuentro, más bronco, más equilibrado y más problemático para el Atlético, obligado a una carrera contra el crono, el marcador y el repliegue de su rival.

Ahí reaccionó un rato el conjunto madrileño, que retomó su ímpetu hacia la portería contraria. Lucía Correa, rápido, hábil y vertical; aparecía demasiado poco Griezmann y repetía dudas Jackson, frustrado ante otra gran parada de Julio César a un cabezazo suyo, con ocasiones, pero sin ese gol que tanto necesitan él y su equipo.

Le dio todo el partido Simeone, que movió sus otras dos piezas de ataque -entraron el argentino Luciano Vietto y Fernando Torres por Griezmann y Correa para el tramo final- en la búsqueda de un impulso ofensivo de su equipo, apagado desde el 1-1 de Gaitán, el gol que cambió un partido que apuntó a triunfo al minuto 36 y que terminó en derrota.

Primera derrota en casa

Una derrota que es la primera en casa en la Liga de Campeones desde la llegada de Diego Simeone al banquillo del equipo colchonero, once choques después, en los que sólo había recibido dos goles, los mismos que encajó ayer.

El Atlético, además, sólo había perdido uno de sus últimos 24 partidos de competición europea como local, había sido en los dieciseisavos de final de la Liga Europa con el Rubin Kazan hace más de dos años, en febrero de 2013 (0-2), hasta el duelo de anoche con el Benfica.