El Liceo está dispuesto a demostrarle a su afición que la derrota frente al Reus (3-5) en el debut de la OK Liga tan solo fue un traspié. Ya se rehizo la semana pasada en su visita al Lleida, donde desplegó todo su potencial para una goleada de escándalo (6-11). Ahora recibe al Alcoy (Palacio de los Deportes de Riazor, 19.00 horas) para continuar con su progresión. Le toca un rival que todavía busca sus primeros puntos de la temporada, ya que encadena tres partidos perdidos. Los coruñeses no pueden permitirse un nuevo tropiezo porque ya van a remolque en la lucha por el título liguero que se presume un cuerpo a cuerpo con el Barcelona. Pero también tienen que dosificar ya que el miércoles viajarán a Maçanet para disputar frente al Shum el encuentro que aplazaron de la primera jornada.

El principal peligro con el que se encontrarán esta tarde tiene nombre y apellidos: Gonzalo Pérez. Lo conocen bien los liceístas. Sobre todo su hermano Toni. Pero el resto también por su pasado en el Cerceda, donde disputó varios derbis. El asturiano vive por y para el gol y en las filas de su nuevo equipo ya lleva dos. También suele estar acertado en sus duelos contra el Liceo Ferran Formatjé y hay que contar con la calidad de Aniol Mangas, otro de los fichajes del conjunto alicantino que dirige Diego Mir.

Pero de gol andan sobrados los verdiblancos. Josep Lamas continúa con su idilio. Marcó contra el Reus y repitió con otros tres más frente al Lleida, lo que le valió la consideración de mejor jugador de la última jornada. Hasta once marcó el equipo el pasado sábado y mantener esta efectividad, a la que aportó casi toda la plantilla -salvo César Carballeira y el argentino Nacevich- será vital. En la derrota contra el Reus afectó la caída en el acierto de cara a la portería contraria. El partido dejó un mal recuerdo en general porque los pupilos de Carlos Gil vieron la remontada del rival. Ganaban por 3-0 y en la segunda parte dejaron escapar la ventaja porque no supieron mantener la intensidad. Jugar los 50 minutos sin bajones será un objetivo. Pero por encima de todo está buscar tres puntos que relancen la moral, el juego y las opciones de un Liceo que lo quiere todo.