El Liceo ya mira la OK Liga desde lo alto de la clasificación. Desde su nueva posición, cambia la persecución de los líderes por la defensa de su puesto de privilegio pese a que la estrategia siga siendo la misma: jugar cada partido como si fuera una final. La competición doméstica es una carrera de larga distancia en la que cada paso es igual de importante. También su visita a Caldes de hoy. Allí disputa a las 20.00 horas su tercer encuentro en una semana que abrió con goleada al Alcoy, continuó con victoria en Maçanet y que pretende cerrar con otro triunfo. Tiene que ser precavido. Puede ser uno de esos partidos considerados trampa porque aunque el rival es un recién ascendido y todavía no ha conseguido puntuar es de esos equipos peleones, rocosos en defensa y que se atrinchera en su cancha. No será fácil, como tampoco lo fue el miércoles frente al Shum, cuando llegó al descanso con empate a cero. Pero tuvieron la mejor de las recompensas: el liderato.

Los verdiblancos son favoritos. Lo son siempre que saltan a la cancha y solo comparten a medias esa etiqueta cuando se enfrentan a los mejores cuadros de España y Europa. Además se han mostrado en plena forma con una conexión ganadora formada por los hermanos Bargalló. Jordi y Pau son en parte responsables de la buena marcha del Liceo. Lo del mayor ya no es noticia porque su calidad está más que demostrada y siempre ha sido un líder. El pequeño está cogiendo poco a poco el testigo con el valor añadido de su acierto a bola parada, decisiva en determinadas fases de los partidos, sobre todo cuando transformar un penalti o una falta directa desnivelan la balanza de un encuentro muy igualado.

El Caldes, por su parte, solo ha disputado tres encuentros y en los tres cayó derrotado. Pero también hay que tener en cuenta que se encuentra en pleno Tourmalet, la parte del calendario en la que se mide a todos los equipos de la parte alta de la tabla. Primero perdió frente al Barcelona (8-4), ante el que no tuvo ninguna posibilidad. Después hizo lo propio ante el Vendrell (1-2) y el Vic (3-1), aunque de forma diferente, ya que nunca perdió la cara a los partidos e hizo sudar a estos dos gallos de la categoría. Se caracteriza, sobre todo, por su defensa ya que encaja pocos goles, solo 13. Tiene más problemas en ataque, ya que solo ha sido capaz de marcar seis tantos, el segundo peor de la OK Liga.

Con los números en la mano, la superioridad es del Liceo, que es el máximo anotador con 24 goles y también de los que menos recibe, con 14. Hay que demostrarlo ahora sobre la cancha. Después, los verdiblancos tendrán una semana de descanso antes de afrontar del debut en la Liga Europea frente al Viareggio italiano.