Lejos de su mejor versión, que aún se espera, el Madrid, alentado por la inspiración de Marcelo, sacó adelante la visita del Levante, que dejó patente que su adversario es aún un rival a medio hacer.

Después de los empates ante el Málaga y el Atlético y las dudas generadas, la victoria ante el Levante era contemplada como necesaria. Sobre todo con lo que está por venir. El París Saint Germain el miércoles y el viaje a Vigo, para hacer frente al Celta, el sábado próximo.

Sin embargo, no hubo nada nuevo bajo el sol del Madrid que ofreció el mismo aspecto que antes del parón por los compromisos de las selecciones nacionales.

La pinta que delató el cuadro de Rafael Benítez fue similar al que ha mostrado desde el arranque. A pesar de las numerosas bajas, que afectan a todas las líneas, el cuadro blanco jugó a tirones. A veces plano y a veces a acelerones.

Le valió con eso ante el Levante. Un equipo centrado en empresas menores que tardó siete jornadas en sumar su primera y hasta ahora única victoria.

Aún así, el gentío del Santiago Bernabeu pudo asentar su confianza a Keylor Navas. El meta costarricense salvó de más de un apuro a su equipo. Resultó decisivo en un puñado de intervencionesy y acabó una vez más con su puerta a cero. Sigue imbatido en el Santiago Bernabeu el portero tico, que se desenvolvió a lo grande ante los que no hace mucho tiempo fueron sus compañeros.