Para los locos del deporte ya hace tiempo que el ironman se ha quedado pequeño. Es el caso de Javi Muñoz. "Soy un poco cabra loca", se define, de hecho, este coruñés que el fin de semana participa en el Ultraman de Alicante, una competición de tres días en los que tendrá que completar 10 kilómetros a nado, 430 en bicicleta y un doble maratón (84) de carrera a pie. En total, 524 kilómetros. Por un lado, se enfrenta al reto de superarse a sí mismo, llevarse al límite y culminar más de un año de duros entrenamientos. Por otro, su esfuerzo tiene fines solidarios. Porque cada paso que dé tiene un precio y servirá para ayudar al Movimiento Nambuma Malawi. A través de las redes sociales se puede apostar y aportar entre 1 y 10 céntimos por cada kilómetro recorrido por el atleta herculino. Muñoz ya avisa de que está decidido a acabar, por lo que si se ha aportado un céntimo, la cantidad que habrá que abonar a la entidad que protege a los niños que viven en las calles de Lilongüe (capital de Malawi) será de 5,24 euros; si fue de 5 céntimos, 26,2 euros; y si fue de 10, 52,4 euros.

La apuesta al ganador es segura. Porque el coruñés se ha dedicado en cuerpo y alma durante el último año de su vida a preparar este proyecto. Un duro reto ya antes de comenzar el ultraman con el añadido de compaginar los duros entrenamientos con su trabajo en una tienda de ropa. "A las siete de la mañana voy a la piscina, después a trabajar. Al mediodía cojo la bicicleta, vuelvo a la tienda y por la noche es cuando salgo a correr", detalla sobre sus horarios. En total, puede completar entre 400 kilómetros de ciclismo y 120 de carrera en una semana. "Lo mío era correr, pero en un club de natación me propusieron que probara y ya me dijeron que me pasara al triatlón. Empecé con uno de distancia sprint, pero se me quedó cortísimo. El siguiente que hice ya fue uno olímpico. Fui casi último y me di cuenta de que había que entrenar en serio", explica. "Después me dijeron que se organizaba el primer ironman en Galicia y lo preparé en un solo año. Pero cuando lo terminé, me quedé vacío y buscaba algo más", continúa.

Fue cuando le rondó la idea del ultraman, una prueba que hasta ese momento solo había terminado un gallego, el también coruñés César Olaiz. "Me puse en contacto con él y ya me explicó que esto es mucho más", comenta. Porque la competición dura tres días, necesita un equipo de apoyo y un gran soporte técnico, humano, material y de alimentación y recuperación. Ya solo la inscripción para la prueba cuesta casi mil euros. El sábado, que es el primer día de competición, afrontará los diez kilómetros en el agua, para los que se preparó con la travesía A Coruña 10.000; y 130 en bicicleta, con diez horas como tiempo límite. El segundo, 300 de ciclismo con un desnivel equiparable al de una etapa reina del Tour de Francia y 15 horas de tope para completarlos; y para terminar, el tercer día, dos maratones: 84 kilómetros de carrera a pie.

"Cuanto más rápido termine cada día, será más tiempo para la recuperación. Alquilamos una casa y estaré allí con mi equipo. Me llevo a mi madre como apoyo moral y a gente que entiende de esto y me puede decir cuándo apretar y cuándo no", especifica. Los masajes no son recomendables, así que lo ideal para recuperar los músculos serán baños de agua fría. Pero para Muñoz lo más importante será la cabeza. "Hay que desconectar y no pensar en lo que te queda al día siguiente". En un ultraman no hay muro, sino un edificio entero. "Me dan miedo los últimos 30 kilómetros, pero no por el muro, sino por el cansancio extremo. Pero en ese momento acabaré de la forma que sea. Aunque tenga que ir gateando". Por él y por los niños de Malawi.