Las Palmas y Villarreal igualaron sin goles en un partido condicionado por el mal estado del campo, un resultado que corta las últimas derrotas consecutivas de ambos y permite a Quique Setién debutar con un punto en el banquillo local, aunque no abandonar la zona de descenso.

El nuevo técnico del equipo canario hizo añicos el pasado con Paco Herrera al cambiar no solo el dibujo táctico, descartando la defensa de cinco hombres, sino apostando por tres jugadores con escaso o nulo protagonismo con su antecesor en el cargo.

Setién sorprendió con la inclusión de Tana entre líneas, sin minutos con Herrera y del que el propio entrenador saliente había dicho que no jugaba porque no se implicaba en las tareas defensivas. Además, el marroquí El Zhar y Vicente Gómez estrenaron titularidad esta temporada.

Eso sí, el preparador santanderino repitió la línea de zagueros con la que la Unión Deportiva había sido goleada una semana antes en Getafe.

Enfrente, Marcelino también introdujo cambios, alguno obligado como el del italiano Bonera en el eje de la defensa, y dejó fuera del once inicial a Manu Trigueros y Roberto Soldado, intuyendo el tipo de partido que se presentaba por el mal estado del verde.

Y es que el mal rodar del balón provocó poca continuidad en el juego y muchas dificultades para combinar, pero la previsión de Setién, de que tendría más posesión su rival, no se cumplió, más bien ocurrió al contrario. Ninguno, sin embargo, decantó el marcador.