Llega la Supercopa de España, primer título en juego para el Liceo, que tiene como rival en las semifinales al Vic (19.00 horas), el mismo que le apeó la temporada pasada tanto en los cuartos de final de la Liga Europea como en las semifinales de la Copa del Rey. Y las dos veces de la forma más cruel, con un gol de oro en la prórroga. Los rojiblancos se han convertido en su némesis. Porque ambos representan dos estilos de juego opuestos. Por un lado, la verticalidad ofensiva de los coruñeses. Por otro, la defensa férrea catalana. También por las ganas de revancha. Pero a la dificultad añadida de enfrentarse al anfitrión, el Liceo tendrá que hacer frente al líder invicto de la OK Liga, el equipo más en forma del inicio del curso.

Pujalte ha conseguido la conjunción perfecta. Por un lado, una base sólida de veteranos, cimentada desde la portería con Carles Grau y sostenida por Mia Ordeig y Romá Bancells. Y aunque sufrió la importante baja del goleador Titi Roca, retirado, Cristian Rodríguez ha heredado su protagonismo. La plantilla la completan los jóvenes. El técnico reunió a lo mejor de una generación: Martí Serra, Ferrán Font, Jordi Burgaya, Roger Presas y Martí Casas son prácticamente la base de la selección española sub 20. Y no tuvo miedo a darles protagonismo y confianza en su momento. Ahora recoge los frutos. Los rojiblancos ya fueron campeones de la Copa del Rey el año pasado. Este lideran la clasificación de la OK Liga con tres puntos de ventaja sobre los favoritos Barça y Liceo, y eso que tienen un partido menos.

Lo más peligroso de los catalanes es que ya llevan un par de años juntos y han creado unos mecanismos que los hacen jugar prácticamente de memoria y con los ojos cerrados. Aunque lo suyo no es el ataque, sus transiciones y contraataques son casi infalibles. Y eso que se manejan mejor en la defensa. En cinco partidos de liga, encajaron seis goles, aunque el Benfica les sorprendió en la primera jornada europea con un 5-1 que mancha su historial.

Carlos Gil tiene a su caballo de Troya. David Torres disfrutó la temporada pasada de los éxitos del conjunto rojiblanco desde dentro y conoce bien todos los secretos de sus sistemas. El coruñés, no obstante, no se moverá del banquillo, ya que una lesión le hará perderse tanto el partido de hoy como la final de mañana en caso de que el Liceo se clasifique. La lesión en el aductor, que aconseja reposo para evitar males mayores, le alejará de la pista para el duelo ante su exequipo. Torres viajó con el resto de la plantilla, que sí estará disponible para el técnico argentino. Los mismos que vienen de golear al Viareggio italiano y al Cerceda, dos buenos resultados que crean una inercia positiva a la que esperan dar continuidad en Vic.