La cuarta jornada de la Liga de Campeones pondrá en juego más que tres puntos para el Atlético de Madrid en el Astana Arena, donde un triunfo daría más de media clasificación al equipo rojiblanco, líder de grupo y favorito contra el club kazajo y el frío, pero sin ningún exceso de confianza.

Es un partido "determinante" -dijo Diego Simeone- para el Atlético, que ya goleó a su rival hace dos semanas en el Vicente Calderón (4-0), donde no hubo ninguna discusión de su superioridad, más aún con el equipo formado prácticamente por suplentes que alineó el búlgaro Stanimir Stoilov en Madrid, pero que no se fía ni de su rival ni de un encuentro que entienden será mucho más complicado que el del pasado 21 de octubre.

El largo viaje el domingo de más de siete horas, el césped sintético y las bajas temperaturas -los termómetros marcaron ayer 3-4 grados bajo cero y la ciudad está nevada- aunque el Astana Arena dispone de un sistema de calefacción que aumenta el calor hasta entre 10 y 14 grados y debería contrarrestar la desagradable sensación de frío que provoca el viento estepario, alertan al conjunto rojiblanco para el partido.

Ya avisó de la dificultad del duelo Simeone varias veces en la rueda de prensa posterior al choque del pasado 21 de octubre e insistió ayer en la misma idea en el Astana Arena, un escenario que aclararía mucho el futuro del grupo en el caso de una victoria visitante, a falta de dos jornadas. Porque todas las combinaciones con triunfo hoy del conjunto madrileño sitúan al Atlético de Madrid a un paso de los octavos de final, el que debería dar en la siguiente jornada contra el equipo turco en el Vicente Calderón, ya fuera con un empate o una victoria, dependiendo del resultado hoy del duelo entre Benfica y Galatasaray que se celebra en Lisboa.